2/25/2010

Autovista


Hola, soy Cris, la parte femenina de Cristian, y ya que este me ha pedido una entrevista, voy a ser muy puta y darle lo que quiere. ¿Estás preparado Cristian?
Cristian: Cuando quieras nena.
Cris: Bien, en primer lugar, ¿No te parece muy pomposo hacerte una entrevista a ti mismo?
Cristian: Para nada Cris, pomposo seria tratar que los demás nos entendiesen, cuando no lo hacemos ni nosotros mismos.
Cris: Cierto. Si pudieses darles una recomendación a nuestros lectores, ¿Cuál sería?
Cristian: Conocer la diferencia entre egoísmo y egocentrismo.
Cris: Explícate.
Cristian: Verás, un observador posee una realidad, y sin esa visión su propia dimensión se derrumba. Uno puede amar a otros, pero siempre es el sol de su sistema planetario. Podemos tener planetas y satélites, pero siempre giraran alrededor nuestro. Si uno está mal entristecerá la luz que ilumina todo, y eso es egoísmo, ya que influye sobre todo y todos. Ser egoísta no es malo, todos lo somos, lo importante es tratar de ser egocéntricos y no egoístas.
Cris: Curioso. Dime Cristian ¿Cuál es tu relación con las mujeres?
Cristian: Amor y odio, afortunadamente ya no suelo quereros bajar las bragas, y me encanta charlar con muchas de tu genero.
Cris: No uso bragas. ¿Podrías decirnos el nombre de 5 mujeres que te gustaría conocer?
Cristian: Mmmm, esta es difícil… Pastora, Mürfila, Zahara, Anais Nin y Cris.
Cris: Qué honor. Hablas mucho de la felicidad en tus textos. ¿Eres feliz?
Cristian: Tengo muchos momentos felices, y sobre todo, especiales.
Cris: ¿Tienes miedo a la muerte?
Cristian: Como ya sabes, tenemos un tumor, nuestro futuro es doblemente incierto. Ya hemos estado en coma un par de veces, y tonteando con la muerte algunas mas… Hoy no temo mucho a la muerte, mañana no lo sé. Espero no quedar tonto o agonizar de dolor, no me gustaría dar trabajo a mis familiares y amigos, antes me suicidaría seguramente.
Cris: Te comprendo. Cristian, ¿Qué piensas de tu trabajo?
Cristian: Que es importante a nivel personal; escribir es una forma de existir en dos lugares. Mis libros son anónimos, pero sus textos me han ayudado a pensar y existir fuera del automatismo. Durante mucho tiempo pensé que era un vago inútil, pues no paraban de repetírmelo profesores, familia, amigos y novias. Pero curiosamente esas personas no han sido muy felices porque se encallaron en un bucle económico. Al final se reducía a eso, al dinero. La economía paga la comida, los lujos, los objetos de status, e incluso puede limpiar los platos, fregar suelos o recoger la habitación. Creo que la mayoría de esas cosas son decorativas en la existencia. Si me hace feliz pasarme horas pensando, oyendo música, o leyendo, adelante. Cobro una pensión, y mis necesidades mínimas están cubiertas.
Cris: Interesante reflexión. ¿Podrías explicarme eso de que eres un niño?
Cristian: Me defino así, porque tengo muchos de los elementos que definen a un niño. Curiosidad, rapidez mental, imaginación, adaptación, sensibilidad, ingenio, humor y sobre todo… No suelo hacer lo que no me apetece.
Cris: ¿Significa esto que eres inmaduro y no quieres crecer?
Cristian: Ya naci completo, solo vivo situaciones y me amoldo a ello. No espero a ser más maduro, o a crecer para coger los frutos de la vida. Si me como alguna fruta indigesta, pues tendré “cagarrinas” una temporada, y si necesito crecer para cogerla, iré a por una escalera.
Cris: Me has gustado mucho, ¿Te tomarías un te conmigo?
Cristian: Déjate de tonterías Cris, si me deseas, solo has de cogerme la polla y masturbarme :)

2/21/2010

El secreto de Cristian Roig

Hay un tipo de pensamiento que llamo “recuerdos burbuja”. Son experiencias antiguas que parecen estar encerradas en una pompa, flotan en una atmosfera de neuronas, y si vas soplando, logras que finalmente choquen contra el cráneo, y dejen caer imágenes de jabón. Una de estas burbujas es uno de los sueños del coma, donde estaba en una especie de sala de calderas del hospital. Me tenían allí pues nadie pagaba los gastos, y las enfermeras me habían escondido para cuidarme. Se seguía un ritual sencillo, que consistía en lavarme el pelo con una palangana, cambiarme la comida de la sonda y arreglarme las uñas. Disfrutaba enormemente de estos modestos cuidados, me sentía abultadamente solo, y agradecía ese acto humanitario de contacto humano. Las enfermeras, pronto se percataron de mi goce en esos momentos, me veían feliz. La encargada de mis rutinas, dijo que no lo entendía, pues ella vivía a base de pastillas y cafés, que la impulsaban día a día a seguir, y que al final del día, de lo único que tenía ganas, era de ver alguna serie de televisión e irse a dormir. En ese sueño, conseguí hablar en voz alta para todos, ya que no dejaban de preguntarse cuál era el secreto de mi felicidad. Les conté, que no quería crear discordia, pero el secreto era, que necesitaba muy poco para vivir, y que su trabajo era el causante de mi felicidad, compartir esos momentos de conformismo y humanidad. Se armó un revuelo, y pronto empezaron a tratarme mal, usaban agua sucia para lavarme el pelo, me ponían comida de baja calidad, y me cortaban las uñas sin ningún miramiento. A pesar de ello, yo seguía siendo feliz, y aceptando esos regalos venidos de otro semejante. Me tenían rabia, por ser más rico que ellos, no en cantidad, si no en falta de necesidad; aunque al final, comprendieron que trabajaban lo mismo haciéndolo bien o mal, con la diferencia de no sentirse satisfechos. Aquel era el inocente secreto del paciente Cristian Roig, y a día de hoy sigo teniendo misterios, enigmas personales, que voy descifrando con serenidad y observación. Es bastante reciente, el descubrimiento de un onanismo maximizado, estimulando los 3 puntos de conciencia que me forman, es como si antes me masturbará con un porcentaje de placer bastante inferior. Mi cuerpo se llena de endorfinas, y siento las ráfagas generándose, muchos minutos después de que me haya corrido, como si la excitación siguiera vibrándome en los huesos. Tampoco entendía porque solía tener buena memoria, y después de la meditación esta fue mejorando notable y progresivamente. Cuando uno está en calma mental, segrega encefalinas, una sustancia encargada del placer y plenitud, que además se acrecienta con el recuerdo placentero pasado. Mi cuerpo parece adicto a esas drogas, y como un yonkie, necesito mi dosis habitual. Una amiga me preguntó, si me funcionaba mejor, la meditación o machacármela, no pude evitar quedarme pensando un rato, hasta que supe la respuesta: No concibo una sin la otra. Y es que soy dependiente de ambas estimulaciones, necesito el sexo y la calma, para conseguir la paz, nací con guerras internas, y distribuyo banderas blancas por mi organismo, en busca de cambiar rifles, por tirachinas de gominolas intravenosas.

2/19/2010

Oda a un Coño

De niño recuerdo un largo pasillo de escuela, al final los lavabos. Hacia un tiempo, Miriam Soler había abierto la puerta de ese mismo lavabo, y me vio el proyecto de polla que tendría con 4 años. Una semana después, la vi entrar en ese wáter, espere unos segundos y abrí la puerta de mi venganza. Era inimaginable lo que vi, una chica a medio sentar, con las bragas bajadas, y una tierna y cariñosa rajita. Desconocía esa diferencia física de géneros, y mucho menos la belleza del sexo opuesto. Esa simplicidad casi perfecta, que hipnotiza mi cuerpo, descargas de drogas recorren mi hipotálamo, y ante la belleza de algunos, me convierto en un depredador espiritual, queriendo absorber su alma a través de los fluidos. Y es que a veces, al acostarme, veo entre las sombras negras de mi pensamiento, colores negros difuminados, que pintan una raja curvilínea, invitándome a besarla. Y el dibujo coge cuerpo, es ese coño rosadito, con una rayita de pelitos adornándolo, encerrado entre 2 muslos, epicentro temporal del mundo. Es una rasgadura cósmica rosa, donde el universo pierde su hostilidad, y me ofrece los mejores perfumes del universo coñocido, fragancias diseñadas para poner tieso el sentido de la existencia, y dejarse llevar por la bestia. Quiere que lo bese, lo mime, lo adore, lo ame… y todo eso me lo dice, con su sonrisa vertical, que induce a ser horizontal. Es increíblemente genuino, tacto, sabor, olor… La belleza es poesía, y la poesía sabe a coño, al igual que la felicidad huele igual.

2/16/2010

Por ahora

Llevo unas 8 horas oyendo la misma canción, toco el mueble donde están los altavoces, y escucho la música vibrar en él. Es como oír esa melodía con la mano, con el tacto que vibra entre vibraciones. La madera parece estar viva, parece estar llorando, se está muriendo, y se muere porque antes no estaba viva. La madera confía en mí, porque pienso que siente, me transmite su tristeza, y yo le dejo mi cuerpo para poder tener consciencia. Porque coño yo siento esto y los demás no, que jodida parte del chiste no entendí, nací defectuoso o afectuoso tal vez. Porque yo por el desamor sentía la necesidad de comerme las venas de mi mano, y desangrarme en un dolor irreal, no entiendo, porque para mí son esfuerzos titánicos; si la gente sintiese las cosas así, acabarían bipolares, drogados, alcohólicos, o suicidados. La madera está muerta, la soledad es ausencia de compañía, y el dolor mental es abstinencia… pero es tan real, dura tantas horas, es tan triste. Daban ganas de dormir 8 horas, y luego 8 más, para acabar en 8 más y volver a empezar. Lloro al recordarme así, y lloro de alivio, con lágrimas como puños que golpean el aire, y se entierran en el parquet de mi habitación. Qué hermoso es volver a ser libre, que glorioso es dejar de ser un zombi emocional, que grande es dejarse llevar. Ahora me iré a dormir, y dejaré la música sonar durante las 8 horas en que me apague, amaneceré con la sonrisa de 100 hombres, tú ya no duermes conmigo.


http://www.youtube.com/watch?v=SEAKYPovggw

Que ironia, es la entrada 150...

2/14/2010

Cucu

El algún lugar de la memoria guardo ese recuerdo, entre los 10 y los 14 debe estar. Por esas edades mi madre frecuentaba un bar de prostitutas y borrachos, y conocíamos a alguno de ellos. Uno era Cucu, no sé porque lo llamaban así, quizás por el pájaro, o porque es el sonido que emiten algunos relojes que dejan abrir una puertecita, por donde sale un pájaro de madera, y dice cu-cut cu-cut. Era un hombre alto, con barba, cara amable y ojos dormidos. Parecía una buena persona, creo que perdió su trabajo y su mujer lo abandono. Es una historia frecuente entre borrachos, y da lástima, hasta que descubres que perdieron su trabajo por beber, volviéndose más asiduos al alcohol y a su mujer, con lo que esta se harta, cogé los niños, y se va a vivir con su madre. Hasta allí Cucu no aparecía en mis recuerdos hasta que volvía a encontrarlo, y mi madre como alcohólica mujer, poseía ciertas ventajas. Tenía a mi padre cogido por los huevos, ya que el la quería, ya que compartían 2 hijos juntos y casi todas sus posesiones estaban a nombre de ella (para ahorrar impuestos, o algún acto de “amor”). Ella se iba largas temporadas a la casa de campo, con sus perros y gatos, allí podía vivir y beber tranquila, mandaba tuperwares de comida asquerosa y con frecuencia en malas condiciones. Comérselo era arriesgarse a tener diarrea una semana, así que prefería pasar hambre, y tirarlos por el wáter. En esa época, mi única amistad era un televisor, y me tragaba en vena cualquier mierda que pusieran, creo que los jueves veía “carretera hasta el infierno”, y “misterio para 3”. Eran 2 series de mierda, que por unas horas me evadían. Lo acompañaba con galletas de miel, y durante ese lapso todo dejaba de oler a mierda. Solía acabar a las 12 y media, y mi familia de 3 hombres, no teníamos medida en los horarios. Esa noche nadie había paseado al perro (Scuby) y me tocó hacerlo a mí. Lo bajé, y al rato apareció Cucu saludando. No me asuste y se fue acercando, me dijo que quería decirme un secreto, y me acerqué. Entonces él me tocó la entrepierna. Era una situación rarísima para mí, un hombre que me metía mano. Sentí mucho asco y traté de correr. Pero ese puto perro era un caniche que solo quería mear, y tenía que arrastrarlo, y el borracho me seguía por esa callejuela, y me daba alcancé. Solo quería tocarme el paquete, ni me agarraba, lo palpó un par de veces y conseguí llegar hasta cerca de casa. Llamé al interfono, y nadie abría, tenía el corazón a mil, esa situación era la más desagradable que había vivido. Cucu se acercaba, y ya me temía lo peor, pero una voz le dió 4 gritos, y se marcho como el borracho asustado que era. Era Cesar, un camarero de la marisquería que estaba cerca de casa, ni él ni yo comentamos nada nunca, aunque si lo vuelvo a ver le daré las gracias después de tantos años. Cuando subí, estaba alterado, y no sé que le conté a mi padre, pero quizás por lo dispar que era la historia, junto a mi nerviosismo, y el orgullo paterno, se empezó a reír. No me tomó en serio, es frecuente esa reacción en mi familia. Contadas veces compartí esta historia, ni Alfredo ni mi madre la conocen, y en cierta manera suena cómica, un hombre que toca a otro hombre. Por aquel entonces a mi no me hizo ni puta gracia, creí aprender que mis padres no podían ni harían nada en las situaciones críticas, no porque no quisieran, si no porque no podían controlar ni sus vidas. No les conté que un loco drogado hasta las cejas me abrió la cabeza con la hebilla de un cinturón, o mi primer intento de suicidio, no les contaba nada. Mis padres y yo, siempre fuimos inmaduros emocionalmente, y haciéndome mayor, voy viendo lo difícil que puede resultar controlar las flaquezas de uno mismo. Cuando se es plano, todo es binario, bueno o malo, todo es como una película de Disney, cuando creces aparece la tercera dimensión en tu cuerpo, y la ética se convierte en un papel de wáter usado, hay mierda en uno de los lados, aunque uno este limpió. Y no es mala esa mierda, es solo… mierda. Cucu bebía para olvidar, y olvidó con ello su humanidad también, mi madre solo quería estar sola, y mi padre, solo quería ser un buen padre, aunque nadie le enseño previamente. Yo era un niño, me enteré meses después que murió, y me sentí culpable por haber deseado su muerte, nadie me enseñó que odiar no es malo si es temporal, es un mecanismo del cuerpo para asimilar. Cucu era un hijo de perra, pero solo lo fue los primeros años, ahora ya solo es una mezcla de polvo y recuerdos… Petazetas que ya no duelen, solo, enseñan.


Dedicado a Cris, gracias por ser valiente, yo también :)

2/09/2010

11 motivos por los que no abrirme las venas


Sentado en mi vieja silla, bebo leche, me palpo la barbilla, y miro la papelera. Está llena de cristales, me llega el aroma del recuerdo… soy yo en una cama, estoy bizco, veo borroso, mi cuerpo no responde, es como si un agujero negro ejerciera gravedad infinita sobre mí. En esa cama, ocurrió uno de los eventos más importantes de mi vida, y trivial para el universo. Pensé que arrancándome la vía, que era muy gorda y con lo jodido que estaba, quizás moriría. Con pequeños movimientos llegué al tubo, y con titánicos tirones, conseguí dejarme un profundo agujero. La sangre se perdía de mi cuerpo, y me sentía cansado. Había calculado los turnos de las enfermeras, no volverían en 2 horas. A pesar del desgaste, la herida se cerró, y con ella mis esperanzas. Hoy miro los cristales y pienso en motivos para no abrirme las venas:
No me abro las venas, porque he aprendido a aceptarme.
No me abro las venas, porque mi vida tiene sentido si no se lo busco.
No me abro las venas, porque puedo oír mi canción favorita con una sonrisa y no lágrimas.
No me abro las venas, porque aun me quedan cosas por decir, tengo un documento de texto, con 56 páginas escritas, solo de ideas, eso son, cientos de textos por escribir.
No me abro las venas, porque ni tengo hipoteca ni estoy hipotecado.
No me abro las venas, porque no me sale de los cojones.
No me abro las venas, porque soy un buen tipo, me encantan muchas cosas que escribí, y el que tiene el sentimiento, está en posesión de su verdad.
No me abro las venas, porque empiezo a entenderme y encontrarme, cada vez que me masturbo se produce un alineamiento planetario.
No me abro las venas, porque soy tremendamente afortunado y valioso.
No me abro las venas, porque existe el sexo, las mujeres, la lencería, los zumos, las piscinas de agua caliente, la música, el lenguaje y el arte.
No me abro las venas, porque no necesito preguntarme si soy feliz, lo sé.

2/06/2010

El taxista ausente

Entre los taxistas, hay una subclase que está ausente.
El taxista ausente, no te ve, no te trata, te transporta.
Para el taxista ausente no estás, no existes, sus ojos te ignoran.
El taxista ausente no sabe que hay gente allá afuera, solo hay obstáculos y obstáculos que transportan obstáculos.
El taxista ausente escucha música antigua, el no sabe que hoy es ya presente, es un pasado presentándose al ahora.
El taxista ausente no miente, no por falta de malicia, si no porque no conoce ninguna verdad.
Los clientes del taxista ausente, son monedas, que al llegar a su destino, colecciona en un monedero.
Al taxista ausente le da asco dar el cambio, no forma parte de su trabajo.
El taxista ausente solo come las moscas que pasean por su sonrisa de plástico y mierda.
La boca del taxista ausente suelta zumbidos de insectos cada vez que un coche frena su inercia.
La inercia es la velocidad sobrante de cuando alguien tiró al taxista ausente por un barranco.
¿Empujaste tú al taxista ausente? o ¿Te empujaron y sigues cayendo?

2/01/2010

Encul arte

Y así eran nuestras noches, y así eran nuestras vidas. Tú me dejabas tu cuerpo y yo el mío, yo sentía la fragilidad de ser mujer, tú sentías la fuerza de ser hombre, y ambos éramos seres completos. Mis prestados pechos saciaban el hambre, mis temporales labios besaban mi boca, mi nuevo coño se hundía en mi cuerpo. Tú notabas una sombra titánica de placer en blanco, y en negro dolor rancio y añejo. Y entonces cometimos un error fatídico, comenzamos a pensar, el miedo nos obligó y guió. Quisiste mas, quise menos, o tal vez fue al revés, o ambas… Nos creímos más listos que el otro, dejamos de trascender las normas humanas, nos volvimos tan humanos que dábamos asco, no nacimos para esto, pero si morimos bastante por ello. Ya no tenías nada que contarme, ya no tenías ganas de escucharme. Éramos enfrentamiento y hostilidad, puro y puto miedo. Ahora los cuerpos ya solo son mentes, y éstas recuerdos divididos, eres ayer, soy hoy, soy yo… Cada vez estas más lejos en mi cuerpo, pronto te enterrare por segunda vez, soy caníbal de nuevo ya.
Adiós ayer, hola Cristian.