2/06/2010

El taxista ausente

Entre los taxistas, hay una subclase que está ausente.
El taxista ausente, no te ve, no te trata, te transporta.
Para el taxista ausente no estás, no existes, sus ojos te ignoran.
El taxista ausente no sabe que hay gente allá afuera, solo hay obstáculos y obstáculos que transportan obstáculos.
El taxista ausente escucha música antigua, el no sabe que hoy es ya presente, es un pasado presentándose al ahora.
El taxista ausente no miente, no por falta de malicia, si no porque no conoce ninguna verdad.
Los clientes del taxista ausente, son monedas, que al llegar a su destino, colecciona en un monedero.
Al taxista ausente le da asco dar el cambio, no forma parte de su trabajo.
El taxista ausente solo come las moscas que pasean por su sonrisa de plástico y mierda.
La boca del taxista ausente suelta zumbidos de insectos cada vez que un coche frena su inercia.
La inercia es la velocidad sobrante de cuando alguien tiró al taxista ausente por un barranco.
¿Empujaste tú al taxista ausente? o ¿Te empujaron y sigues cayendo?