12/12/2017

Quiero ver tu mirada, al contemplar el mar - Naranja

La pintaron mirando al mar. Ella en realidad no existía en el paisaje, salió de la nada, de la imaginación del hombre que la dibujo. Tampoco coincidían esos colores, estaba rodeada de arena naranja, y ella, sentada, mirándote tristemente. Al fondo, el mar, y entremedio, su mirada. Más allá de su pelo, un acantilado, no había nada, allí acababa el mundo. En el cielo, una estela de nubes se esparcía por el universo, juntas, brillaban como un sol. Era un cuadro triste, era una noche radiante en la playa y una chica imaginada, que te miraba el color de tu alma, la suya era naranja.
Acabo siendo comprada por un hombre rico, que al no tener alma, necesitaba la de esa chica, para poder hacer ver que tenía una propia. La colgó en el salón, así paso años sin que apenas la mirara nadie, solo algún invitado de refilón, que curioseaba en el hogar.
Con los años, la casa se volvía triste, era la tristeza del cuadro, la pintaron para ser contemplada por las mentes más curiosas y naranjas. Allí solo la acariciaba el polvo, y este, ni siquiera se atrevía a tocarla, la playa se llenaba de pena, y el naranja de su cuerpo, era incapaz de perder su textura.
El hijo menor de la familia creció y empezó a fijarse en ese cuadro, lo limpiaba delicadamente con un trozo de tela, y no podía aplacar el dolor de los ojos de la chica.
Un día fue a ver a su padre, y le dijo:
Niño: Papa. ¿Por que esta triste la chica del cuadro del salón?
Padre: No lo sé hijo.
Niño: que puedo hacer para que vuelva a sonreír?
Padre: No lo sé hijo.
Niño: Quizás solo sea un niño, y no me escucharás, pero la casa entera llora por las noches papa, me estoy volviendo loco, quiero ayudarla.
Padre: No lo sé hijo.
Apareció su madre que estaba oyendo la conversación.
Madre: Si tanto te preocupa, ayúdala hijo.
Hijo: Como mama?
Madre: Los mayores hace años que dejamos de entender esas cosas, yo miro un cuadro y solo veo pintura ordenada, tú la ves a ella, y sientes su tristeza, mi cuerpo es demasiado grande para atravesar los poros de la tela, el tuyo no.
El niño se fue a su cuarto a pensar.
Semana tras semana, ahorró para comprarse unas acuarelas, y cada noche, dormía un par de horas menos.
Al cabo de un mes lo acabo, había pintado un compañero para la chica. Pensó:
Niño: Por la mañana, la casa dejara de llorar, le traeré alguien como ella, para que estén juntos
Esa noche, el cuadro que acababa de pintar, le hablo en sueños.
Chico del cuadro: Estoy contento de que me hayas pintado, ahora eres mi creador.
Niño: Te he pintado para que cuides de ella.
chico del cuadro: Ella, aparte de mi, necesita otra cosa.
Niño: El que?
Cuadro: Necesita que le pongas un nombre, si no, solo será el fruto de la imaginación de un hombre.
Por la mañana, el niño fue a colgar el cuadro, miro a la chica y le dijo:
Necesitas estar viva entre tanta tristeza, te vas a llamar Elizabet.
Colgó el otro cuadro, el uno frente al otro. Él sabía que esa mañana, se iban de vacaciones, así podrían estar solos para conocerse. Cruzó el pasillo, y subió al coche que estaba esperándole.
Al atardecer...
Elisabet:  Cada noche miro mi mar, pero parece no tener fondo. A veces me gustaría sumergirme y desaparecer entre millones de litros de agua, aplastada hasta ser parecida a la nada. Me siento muy sola.
Chico del cuadro: Te entiendo bastante, desde que naci me siento así.
Elisabet: Puedes oirme.
Chico del cuadro: Por supuesto, soy el fruto de la imaginación de un niño.
Elisabet: ¿Eso que implica?
Chico del cuadro: La imaginación, que crea a partir de la nada, es un reflejo de la omnisciencia del creador de creadores.
Elisabet: Entonces dame aletas y bránquias. ¿Que mas tienes para mi?
Chico del cuadro: Puedo ir a cualquier parte, sólo hemos de cerrar los ojos. Es un ápice de la omnipresencia del creador de creadores.
Elisabet: Entonces llevame ante una niebla de plancton, que solo podamos olernos, ya que tendremos los ojos cerrados. ¿Puedes darme una fragancia que sólo huelas tu, y no puedas renunciar a mi nunca jamás?
Chico del cuadro: Para ello tendría que ser fruto de una mujer.
Elisabet: ¿Éstás listo para madurar?
Chico del cuadro: Bautízame, y seré tu esclavo por eones, siempre exsistiremos mientras alguién pueda imaginarnos. Fui creado para ti, para perderme en los abismos del mar contigo:
Elisabet: Movámonos como tiburones hambrientos y canívales, nunca dejes de girar tras de mi, cuando me alcances seré tuya unas horas, las olas seran el eco de nuestras caricias, y el viento el susurro mudo de nuestras gargantas entre gemido y gemido. No te mentiré, moriras y te regeneraras para mi. Olvidarás cualquier nombre que tuvieses, con los siglos tu léxico se reducira a mi nombre, todo seré yo.
Chico del cuadro: Con una condición.
Elisabet: ¿Cual?
Chico del cuadro: Que hagas lo mismo.
Elisabet: Cerremos los ojos e incendiemos el oceano.

La familia volvió de vacaciones. Los cuadros estaban en su sitio, pero ni la chica ni el chico estaban. Los padres no sabían que había pasado, pero el niño sabía que estaban en el cuadro de ella, amándose en el fondo del mar, donde nadie les vería.

Pájaro Azul - Azul

Solemos ver las cosas de manera rápida y desganada. No nos damos cuenta de que las palabras y el recipiente que antes las guardaba, están íntimamente ligados. Estas pueden haber estado escondidas, esperando a decir algo importante; meditando, engordando o empalideciendo. Conscientes a que han de estar atentas para salir en su momento, un par de segundos antes o después, puede marcar la diferencia entre un hueco en el corazón de su objetivo, o ser algo parecido al murmullo del viento. Las palabras poseen intensidad, que es una forma de consciencia, pero solo podrás sentirlas si te detienes a oírlas y dejas todo lo demás. La diferencia esta en que para la mayor parte de mentes, las palabras son sonidos, o lo que es lo mismo, ruido. Pero si quieres dejarlas de ver como guijarros grises que estallan contra ti, tendrás que desnudarte, sentarte y disfrutarlas; pues son sólidas y comestibles. Partamos de la base, del "te quiero" de una chica de 15 años, y el de una mujer de 30. Intenta imaginar, que ves la escena por un pequeño agujero de una pared. El "te quiero" de la niña, es como una bala, rápido y letal; Es sincero, va en línea recta sin rodeos, y es pura pasión. Impactará a su amada victima, con la intención de instalarse en su cuerpo, del modo mas salvaje posible. La forma del "te quiero" de la mujer de 30, es similar, pero totalmente distinta en su ADN; esta vez es mas como una ola. Sale despacio, puedes notar los sentimientos acercarse a ti, lo que te da tiempo a apartarte o no. La fuerza de esas palabras, es serena y firme, huelen y saben a sal, puede gustarte o no el sabor. La sal es un condimento y conservante; actúa de igual manera en tu vida ese "te quiero", da sabor al amor, y ayuda a que este ralentice o evite su deterioro.

Esta no es la historia de personas que se asemejen a ti, no te cuento esto para entretenerte. Soy un recipiente apasionado, desmedido, loco, contradictorio, que ama la vida y respeta a los muertos. Pero si no prestas atención, solo soy como una bolsa de pipas, que te servirá para pasar un rato, y seré estéril en ti. Esta es tu historia, porque ahora estas aquí, con tu mente clavada en mis palabras, pero si por algún motivo no es así, tal vez no hayas entendido nada, y te pido que no pierdas tu valioso e irrecuperable tiempo conmigo.


No le quedaba mucho tiempo, era consciente. Un día su enfermedad terminal acabaría con él, podía oler a la muerte jadeando en su cogote. Como un hombre que tenía poco que perder, escribió su último "mensaje en una botella". Redactó un anuncio en el periódico local.

Quisiera pasar un día encerrado en mi apartamento con una mujer inteligente, sensible, mágica... Sin sexo, solo 2 mentes conociéndose, aprendiendo y desaprendiendo. Te pagaré por tu tiempo lo que creas conveniente. Número de contacto ...

Llamaron algunas personas, hombres incluidos. Puede parecer incongruente, pero desanima mucho escuchar las mismas tonterías de unas 20 personas supuestamente distintas. Pero al final una diferente voz diferente y fresca...

Ella: Hola...
Él: Hola.
Ella: Llamo por el anuncio...
Él: ¿Estas interesada?
Ella: Sí...
Él: ¿Tienes alguna pregunta?
Ella: Sí... si me la respondes quedaremos y me llevarás a pasar el día encerrada contigo.
Él: Dispara.
Ella: Piensa bien la respuesta.Tienes que describir el color azul, como si yo nunca lo hubiese visto.
Él: ...
Ella: No tengo prisa.
Él: En estos momentos me invaden los escalofríos. ¿Puedo saber tu nombre?
Ella: Estoy nerviosa. Simplemente llámame Azul.
Él: Es un nombre precioso. Déjame pensar un poco la respuesta mientras te oigo respirar.
Ella: Gracias por intentarlo. Esperaré...

Se hizo una pausa de unos diez minutos mientras ambos se oían respirar.

Él: Azul, tal vez sea el color mas misterioso, y sin embargo es el mas abundante. El mar, el agua, los polos... Puede representar al frío... pero claro, tu nunca has visto el mar...
Azul es un color por el que algunos cantautores o escritores sintieron devoción. Decía Victor Hugo, que el arte es azul. Y puede que así sea Azul, hay 2 poemas en especial que hablan del azul. Uno es "El pájaro azul", de Rubén Darío, en su compilación de escritos llamada azul. Y el otro es C. Bukowsky, igualmente titulado Pájaro azul. En los dos, el pájaro azul esta encerrado, ya sea en el corazón o en el cerebro. En ambos ese pájaro tiene vida propia, desea volar, y dejar de estar enterrado vivo y triste. Bukowski lo mantiene encerrado, no quiere que nadie lo vea, y lo saca de noche; el de Rubén tiene forma de mujer, del amor de un joven que se desvive por su pájaro de ojos azules.
Si me pides que te describa el color azul, solo puedo decirte que es lo que sientes en el pecho, cuando tienes la necesidad de ser tu misma o de amar a alguien, aun sabiendo el frío peligro que conlleva arriesgarse a vivir ambas cosas.
Ella:...

De nuevo otra pausa de cinco minutos, esta vez, de respiraciones mas agitadas.

Ella: Soy muy pálida, y tengo el pelo negro y muy largo, estaré tomándome un cortado con sacarina, pásate a buscar mañana a las 9, temprano. Esta es la dirección de la cafetería...

Se despidieron y se fueron a dormir con regusto a promesas en el paladar.

Él se adelantó, y cuando la cafetería abrió, se situó en un rincón estratégico, para poder verla entrar sin llamar la atención. A la media hora entró una chica joven de piel blanquecina, con el pelo largo. Tenía puestas unas gafas negras, y blandicia un bastón blanco. Avanzaba despacio, y tanteo una silla donde sentarse. Supe que era ella, porque pidió un cortado con sacarina.
Azul parecía ida, buscando entre sonidos agitando levemente su cabeza. Seguramente sondeaba cualquier indicio de mi.
Agarré mi café, y me movilicé para cambiar de mesa.

Él: ¿Le importa que me siente señorita?
Ella: Lo siento caballero, estoy esperando a alguien.
Él: Ya no esperas a nadie Azul.
Tomé asiento.
Ella: ¿Y a ti te importa que sea ciega?
Él: Claro que sí. Pero es algo bueno, por teléfono ya me pareciste especial.
Ella: Lo soy, pero mi ceguera es solo un detonante mas.
Él: Quiero pasar el día contigo Azul.
Ella: Ese es el trato. ¿Vas a poder pagar mi tiempo?.
Él: Si no no hubieses venido.
Pagué y la agarré del brazo, nos dirigimos a casa.
Por el camino llegamos a una parada de autobús, nos sentamos y ella abrió su bolso. De él sacó un pequeño bloc y un carboncillo envuelto en papel de plata.

Ella: ¿Te importaría dibujarme que ves? El conjunto de la escena, pero presiona con pasión el trazo.
Él: Claro, déjame ser tus ojos.

Intenté esmerarme dibujando con formas sencillas, tal como lo haría un niño. De mientras ella preguntó:

Azul: Sabes uno de mis nombres, dime el tuyo.
Él: Puedes llamarme pájaro.
Azul: ¿Y eso?
Pájaro: A veces, la unión de 2 elementos, forma algo totalmente distinto, y ahora, soy un pájaro, y tu eres azul.
Azul: Así son las cosas.

Seguí con el carboncillo, hasta que finalmente le entregué el paisaje de papel y carbón. Tanteo con los dedos, y ella susurro.

Azul: Acerca tu mano.

Accedí, y sus dedos conducieron a los míos.

Azul: Esto... esto parece un árbol.

Pájaro: Sí, es una palmera.
Azul: Y en frente, parece haber otra. ¿Están separadas por un camino?
Pájaro: Sí, y el autobús cruza en medio de ellas. Te he dicho que veo, pero no se que ves tu.

Azul miraba cada pequeño detalle con las yemas de los dedos.

Azul: Por favor, no te rías. Yo veo dos palmeras, una macho y otra hembra. Estas se aman en silencio, y se mantienen despiertas la una frente a la otra, hasta que llega el autobús. Entonces ambas se duermen, porque saben que no pueden verse. Cuando este se va, poco a poco se despiertan, para que lentamente vuelvan a enamorarse la una de la otra, como dos amantes con alzheimer que vuelven a conocerse y a gustarse; porque su naturaleza, simplemente, se deja llevar.
Pájaro: Creo que tienes toda la razón, lo natural es dejarse llevar. Lo realmente antinatural, es dejar atrás nuestra inocencia, para ver solo dos palmeras.

Hablamos de todo y de nada, hasta llegar a casa.

Azul: cierra y dame la llave.

Así lo hice

Azul: Ahora apaga todas las luces, y baja las persianas, hasta que no veas nada.

Así lo hice.
Ella me encontró en la oscuridad, y me pregunto si tenía terraza.

Pájaro: Esta a la derecha.

Alcé mi mano y ella la siguió con las suyas.

Azul: Shhhh... cállate bobo, dame la mano y sígueme lentamente.

Abrió la puerta tanteandola con las yemas de sus dedos. La luz de la luna llena incidia en una tumbona donde nos acostamos el uno al lado del otro.

Azul: ¿Que ves?
Pájaro: La luna, esta radiante.
Azul: Descríbemela.

Me quedé pensando unos segundos.

Pájaro:¿Que sueles ver en tu mente?
Azul: No nací ciega, así que se como es la luna. Mi mente, trata de hacer diagramas con fuegos artificiales, recorriendo polbaredas agolpadas. Siempre hay luz, es constante. Ahora envidio tu oscuridad, tu paz.
Pájaro: Únicamente te diré, que trates de crear una gota de luz, despréndela de ti, y siente con tu piel como estalla en cien gotas, que a su vez se dividen infinitamente. Ninguna es igual, y como mas arriba, ninguna luna es la misma, es muy triste pero nunca la viste tal como nos ilumina ahora.
Azul: Entonces convirtamos este momento en algo bello.

Sus dedos despacio buscaron mis labios, acto seguido sepultó su boca con estos. Nos besamos intensamente.

Azul: Retrocedamos unos minutos, como si nada de esto hubiese pasado.
Pájaro: Me temo que es demasiado tarde, no se ni quiero parar.
Azul: Cuando amanezca desapareceré, prométeme no buscarme.
Con calma exalé un "de acuerdo".
Azul: Esta noche siento que te quiero.
La besé como si me fuese la vida en ello. La deseaba mas allá de cualquier anochecer, perotemía su respuesta, y mas aun, la mía.
Pájaro: Te quiero Azul.
La acaricié sin desvestirla, podía notar cada forma de su ropa interior. Mis manos se volvieron palomas que aleteaban entre tela y piel.
Entre viaje y viaje, el temor se volvío su cuerpo mio.
En una ola de intensidad, me gimio al oido su placer.
Azul: Por un momento dejé de ver luz, se eclipsó.
La abracé.
Azul: ¿Tienes sueño?
Pájaro: Este va haciéndose fuerte, las ganas son constantes y despiadadas; pero de momento sigo despierto, me iluminas como una selva bombardeada por Napalm, a plena noche.
Azul: Con los ojos no te veo, pero con todo lo demás sí. Mi precio es que un día escribas un cuento, que sea como un beso que me dure hasta morir. Ya sabes donde publicarlo, ya sabes que ahora debemos dormirnos.
Así lo hicimos. Al despertar, solo me dejó el dibujo que yo mismo dibujé.

Azul era como la trufa sumergida en la tierra, que solo podía encontrarse tras olfatear bosques enteros, y ensuciarse enérgicamente el hocico, con la insensibilidad posterior que eso provoca durante semanas. Un oasis de sabor solo entendible para un nómada sin hogar, en el que cada grano del camino forma parte de su colchón, y la lluvia una humeda manta que cubre su descuidada existencia. ¿Como expresar el sabor a alguien que nunca ha comido? adelantándose a la necesidad y frustración que provoca el hambre. En cada línea de melancolia gastronómica y odio, se encuentra la respuesta. Pues bien, Azul era un sabor apenas nunca necesitado, siempre subestimado por las lenguas saciadas, pero a su vez degustado como el segundo plato mas caro de una carta. El criterio, es un don que se ha de regar, hora a hora, y ella era eso, una fina sucesión de congruencias crispadas, de magnifica belleza enterrada. Pero para los ojos inexpertos, e incluso para estos, podía parecer un mero tubérculo común. Pero para un alquimista, ella era parte de la esencia que forma los elementos, la parte mas primordial de la vida.

Ahora ya morí, y puedo decir, que la quise, porque era lo mas semejante al amor puro, que había encontrado.

Insomnia - Violeta


Noches Insomnes, se pasaba horas con la cabeza gacha, con la luz de un monitor, apartándose el pelo de la cara y buscando el sueño. Esa noche tampoco lo encontraba. Lo buscaba en la oscuridad, en canciones, en personas... tenía conversaciones aburridas, estresantes, confusas, experimentales, sexuales, y no conseguía conciliar el sueño. Por la mañana, habiendo dormido un par de horas, noctambulaba en su trabajo, donde el sueño era una constante. Una noche como otra de tantas, a falta de un par de días para la luna llena, abrió una conversación nueva, era un acto reflejo ya, llevaba haciéndolo durante años.
Ella dijo: -Hace frío.
El dijo: –Tienes frío.
Ella: -Es verdad
Hubo una pausa entre los dos de unos minutos
Ella: -¿Tampoco tienes sueño?
El: -Tampoco, llevo horas oyendo la misma canción.
Ella: -¿Por qué?
El: -Dura poco mas de un minuto, primero hay un sonido, de un segundo, luego le sigue otro de tres. Esa es la base, se va repitiendo tímidamente.
Ella: -Mándamela.
El: -Si la quieres tendrás que darme algo.
Ella: -No se que puedo darte, estoy Sola en una noche como muchas.
El: -Yo también estoy Solo, ven a dormir conmigo, te dejo elegir postura.
Ella: -¿Estas loco? No te conozco de nada.
El: -¿Quieres oír la canción o no?
Pasaron unos cuantos minutos en silencio.
Ella: -...
El: -No hay que pensarlo.
Ella: -¿Podría dormir encima de tu pecho?
El: -Sí.
Ella: -¿Solo dormir?
El: -Sí.
Ella: -No iré.
El: -Esta es mi dirección, no me despiertes.
El se desconectó y de nuevo el silencio se hizo en la habitación, en realidad vivían cerca.
Le hizo caso, no pensó, y salio a la calle en pijama, no había nadie, las calles dormían, y el insomnio caminaba con ella, iluminados por luces anaranjadas.
Empujó su puerta, se abrió sola.
Solo llegaba la luz cortada por las persianas, era una casa pequeña. Caminó muy despacio, se oía una canción de fondo, era tan sencilla, que era amable, no tenia ningún secreto, sin embargo se podían tardar años en encontrar esa combinación que a todos paso por alto. Cada paso duró una eternidad y su respiración se entrecortaba, como si de un gran esfuerzo se tratara. Al fondo la luz cortada incidía sobre El. Aparentaba ser un joven de pelo descuidado, no iba afeitado, estaba cubierto de cintura hacia abajo, parecía estar dormido. Eso la tranquilizo, nadie la veía, ni siquiera El. Cuando llegó, su respiración era ya estable, se desnudó delante de la cama, y entró en ella.
Puso su cuerpo frío encima de El, era reconfortante hallar calor. Entrelazó sus piernas, y notó el calor de su sexo junto al suyo, callados, inactivos pero cálidos. Apoyó su cabeza contra su pecho y cerró los ojos, le oía respirar al ritmo de un diapasón. Sintió que el sueño la invadía, el sintió lo mismo, los dos sonrieron sin que el otro lo supiese.
De madrugada ella abrió los ojos, todo seguía igual, ninguno de los dos se había movido, se separó lentamente de El, se puso el pijama, y se fue a casa.
Por extraño que pareciese, había conseguido conciliar el sueño.
Durante bastantes noches durmió encima de un cojín en vertical, olvidándolo todo, como si estuviese dormida encima de su pecho. Con los días fue olvidando esa sensación, volvió a buscarle con la cabeza gacha, a la luz del monitor. Solo cuando le necesitó, El apareció.
El: -Vuelves a tener frío.
Ella: -¿Como lo sabes?
El: -Porque yo también lo tengo.
Se detuvo la conversación unos instantes, se les hizo largos a los dos.
Ella: -¿Vas a ofrecerme algo hoy?
El: -Sigo escuchando esa canción.
Ella: -Mándamela.
El: -Si la quieres tendrás que darme algo.
Ella: -¿Que quieres esta vez?
El: Quiero que compartamos nuestra intimidad sin romperla.
Ella: -¿No preferirías otra cosa?
El: -Podríamos ir a una cafetería y atiborrarnos de pastelitos.
Ella: -Esta todo cerrado.
El: -¿Tu cama es pequeña?
Ella: -Sí
El: -Mejor. Posición fetal. Tú eliges delante o detrás.
Ella: Yo delante, mándame la canción.

Le dijo donde vivía y se la mandó. Puso la canción a sonar repetidamente, bebió un vaso de leche, se desnudo delante de la cama, y se estiró en posición fetal, no iba a venir...
Ocurrió muy despacio. La puerta se cerró lentamente, se oyeron pasos, una respiración entró en su cuarto, unos zapatos cayeron y ruido de ropa. Ella estaba de espaldas, era consciente pero no quiso decir nada, ella estaba en su intimidad, él en la suya, notó su frío pecho en la espalda y eso la reconfortó, su sexo rozar una vez su trasero y su respiración en la nuca. El pasó su brazo a su cintura, y quedaron unidos por la piel, los dos sonrieron, ninguno de los dos lo sabía, pero deseaban que fuese así. En la madrugada él se levantó, ella escuchó como se vestía, nadie dijo nada, de nuevo la casa en el silencio.

El pintor de Babel - Verde

Realmente hacia mucho frio, no tuvo más remedio que colarse en ese tren. El calor de la gente calentaba el ambiente. Hacía meses que no vendía ni un solo cuadro, y ya solo le quedaba material para una única pintura más. Enfrente, 2 mujeres vestidas con pijamas blancos, chismorreaban trivialidades…
Mujer 1: ¿Sabes la de la planta 3 b? Hace un año que entró, nadie sabe por qué. Aun no ha venido nadie a visitarla en este tiempo.
Mujer 2: Pobre chica…
Mujer 1: Yo creo que esta así por pena.
Mujer 2: Pobre…
Siguieron hablando de temas del corazón, y el, se quedo pensando…
Las dos mujeres acabaron bajando en una estación, y el, instintivamente las siguió. Entraron en un hospital, y el, descolocado, fue a la tercera planta, a recepción.
Pintor: Buenos días, quisiera saber el informe de la paciente de la b.
Recepcionista hojeando informes: ¿Es usted un familiar?
Pintor: Es mi futura esposa, nos íbamos a casar a mi regreso de un largo viaje.
Recepcionista: Vaya… lo siento mucho… Es mejor que hable con el doctor.
Pintor: ¿Dónde puedo encontrarle?
Recepcionista: Esta almorzando, estoy segura de que le atenderá igualmente. Baje a la cafetería, es el único doctor con barba.
Se fue a ver el doctor.
Pintor: Disculpe, me han dicho que usted podría informarme sobre la paciente 3 b.
Doctor: Mmmmmm… ¿Es usted un familiar?
Pintor: Íbamos a casarnos…
Doctor: Lo siento, tengo que darle malas noticias, le invito a una tila.
Pintor: Gracias doctor.
Doctor: Hace aproximadamente un año, un lunes, a las 9 de la mañana, su mujer fue a trabajar a la oficina. Se sentó en su silla, encendió el ordenador, cumplió sus 4 horas de mañana, apagó el monitor, y…
Pintor tomándose la tila: ¿Y?
Doctor: Se desmayó, desde entonces está en coma. Pensábamos que no tenia familia ni amigos, nadie la conocía apenas, hasta su llegada.
Pintor:…
Doctor: Lo sé, todo tiene sentido, y un día… el mundo se rompe, cambia las normas.
Pintor:…
Doctor: Me hice médico para delegar mi fragilidad a algo que parece engañar a la muerte, pero acabé descubriendo que somos tan o más vulnerables como cualquier otro ser del planeta.
Pintor:…
Doctor: No le voy a engañar, las posibilidades de que despierte son mínimas cuando ha transcurrido tanto tiempo.
Pintor:…
Doctor: Suba en media hora, mandaré poner una cama por si quiere quedarse a su lado, ojala pueda hacer más por ustedes…
Pintor:…
El doctor se fue y el pintor acabó lentamente su tila. Al rato subió a la tercera planta. Abrió la habitación b. En ella había una joven muchacha de unos 18 años, morena con el pelo largo. Reposaba dentro de una cama, como dormida, la luz reflejada en la tela blanca le hacía sugerir virginal. A él le pareció un ángel, como si jamás hubiera visto a una mujer, y ahora viese a todas las que vio en su vida, concentradas en una sola. Pensó en que ojala hubiera sido su prometida, se acababa de enamorar de una desconocida en coma.
 Se estiró en la cama y le cogió la mano.
Pintor: No puedes verme, te debes sentir muy sola aquí. Llevas un año sin que te vengan a ver. Te han metido en una habitación, y acabo de enterarme. No nos conocemos, pero no te voy a dejar sola. Soy pintor, y mi vida también está en coma, no tengo adonde ir ni que comer. Nos haremos compañía y ambos cuidaremos del otro, cada uno a su manera…
Siguió hablándole toda la mañana, hasta que por la puerta apareció una enfermera con una bandeja.
Enfermera: Como es usted tan cariñoso con su mujer, le he pedido a la cocinera que le preparé algo, así no tienen que separarse.
Pintor: Gracias.
Cuando la enfermera se retiró, el pintor hambriento, se lanzó a comer.
Pintor: Me han traído algo de comida, seguro que te gustaría recordar lo que es comer… De primero hay ensalada, las lechugas se reblandecen cuándo se aliñan, su textura es la de una bolsa de plástico blanda, al morderlas el agua de su interior baja suavemente por las encías. También hay trozos de cebolla, es ligeramente acida y huele a lágrimas. El tomate es húmedo e hinchado, como unos labios carnosos… ¡es una ensalada!
Pintor sonriendo: De segundo tenemos carne estofada, con patatas y guisantes de guarnición, bañado en salsa.  La carne es gomosa, se deshace como mantequilla en una sartén. Al masticar el conjunto, todo adquiere una dureza y textura similar, y el sabor se mezcla en una pasta jugosa que recuerda a los sabores de la infancia, cuando todo es reblandecido y desprede el aroma a hogar.
Pintor melancólico: De postre tenemos un yogurt de limón, me apena que estés tan cerca de él, y a la vez tan lejos… El yogurt suele escurrir un poco de agua, es un poco acido y huele a ralladuras de piel de limón. Su textura es la de un puré semilíquido, ligeramente frio. Cuando un bebe toma su biberón, suele caerle un hilo de leche bajando como una vena, al cabo de una hora huele grumoso, huele a yogurt.
Cada 3 horas venían a cambiar su posición para evitar yagas, cada muchas más, un fisioterapeuta entraba a mover sus músculos para evitar que se atrofiasen. Un par de veces al día limpiaban sus deposiciones, y cada semana limpiaban su piel con una toalla húmeda. Al pintor le dolía el pensamiento al ver a esa persona reducida a un objeto, con el tiempo aprendió a hacer esas tareas, minimizar los tiempos, y humanizar un poco algo mas sólido que un corazón latiendo solo. Le gustaba peinarla, arreglar sus uñas, limpiar sus legañas, hidratar su joven piel, cuidar de ella. Por las noches parpadeaba sus pestañas, como una mariposa, volando en el contorno de su boca. Era su manera de darle las buenas noches.
No necesitaba salir de esa habitación, la comida venia sola, disponía de una ducha, una cama, y de alguien que respiraba como él, para que necesitar más… El hospital disponía de biblioteca, y solía leer en voz alta para los 2. Los palabras con léxico complicado, las buscaba en el diccionario, para juntos entender lo leído, y si una frase era complicada de comprender, la repetía lentamente.
Su única ropa eran los pijamas del hospital, sus posesiones se reducían a un jersey, unos pantalones, un par de zapatos, pintura y un único lienzo. Se pasó días enteros mirándola y estudiándola, hasta que se decidió a pintarla. Cada pincelada era un contacto, cada color una emoción. Miles de caricias y algunos colores, los que tenía y aprendió a combinar, formaban el rostro de esa muchacha, una cara que amablemente susurraba…: Despiértame…
Ese cuadro tenía más sangre y sentimiento que muchas vidas, era su mejor trabajo, justamente, porque nunca lo fue…
Lo colgó en el centro de la habitación, y cada vez que alguien venía, se quedaba fijamente mirándolo. La primera vez que una enfermera lo vio, se le cayó al suelo la bandeja de comida, llegó a sentir como el rostro exhalaba a su mismo ritmo, a sentirse acompañada detrás de sus pupilas, a no estar sola.
Con los días, el cuadro se hizo conocido por todos los trabajadores del hospital, y con las semanas por los mismos pacientes. Lo fotografiaron para no tener que entrar todos, pero no se conseguía llegar a parecerse la experiencia. Al final, el pintor donó el cuadro al hospital para no romper más, la rutina de la joven con visitantes curiosos. Con los meses un rico coleccionista ofreció una cuantiosa suma de dinero para modernizar el hospital, a cambio del cuadro.  El pintor sonrió y aceptó el trato, siempre que le dieran unas nuevas telas y pinturas. Con el tiempo hizo más retratos de su musa dormida. Los cuadros eran cotizados, el trato siempre era el mismo, dinero para mejoras en el hospital, y una telas y pinturas. Con el tiempo, llegó a ser el hospital mas equipado del país, y con los años, el del mundo. En honor a su benefactor, el hospital se especializado en el coma, y en conseguir devolver a los comatosos al mundo de los menos dormidos.
El seguía con sus mismas posesiones y actividades, envejecieron juntos 5 años.
Con la ayuda de la ciencia y  la conciencia, un lunes, a las 9 de la mañana, la chica despertó. Se levanto, y llamó a la enfermera sin querer. Esta acudió al timbre que hacía 20 años no sonaba, y casi sufre un infarto. Soltó un grito que parecía tener uñas, despertó a todo el hospital. El pintor se alzó, y quedó petrificado al ver a la  joven despierta. Acudió el doctor con barba rápidamente hacia los orígenes del grito.
Doctor: !¿Que sucede?!
Enfermera: Doc…doctor, ha despertado…
Doctor: ! Coñooooooooooooooooooooooooo!
Muchacha: ¿Qué pasa aquí?
Pintor: …
Doctor: Acaba de salir de un coma. ¡Llevaba años así!
Muchacha: Imposible, estoy en la oficina, y ahora iba a irme a casa.
Pintor:…
Doctor: Usted cayó en coma. Su novio lleva tiempo cuidándola, el se lo confirmará.
Pintor con ojos de plato: ….
Muchacha: ¿Mi que…? ¡No conozco a este hombre de nada!
Pintor pequeño, pequeñito, minúsculo…: …
Doctor: Es obvio lo que sucede aquí, usted sufre una clara amnesia de determinados recuerdos, tal vez recupere sus recuerdos, o los haya perdido para siempre.
La chica fue calmándose y aceptando la situación, tras mucha rehabilitación una mañana le dieron el alta, y fueron a la polvorienta casa de ella a vivir:
Muchacha: Todo esto es muy extraño, juraría no haberte visto antes en toda mi vida, solo recuerdo que siempre estuve sola, y que solo quería dormirme y no despertar.
Pintor tocándose levemente la nariz: …
Muchacha: No tiene sentido que me hayas cuidado tanto tiempo, si no fuera importante para ti. Tendremos que empezar de nuevo.
Pintor: …
La muchacha le besó y empezó de nuevo con su vida. El tiempo pasó, con rachas buenas y malas, como las de una pareja que se ama.
Un día, los 2 estaban en la cama, ella se ponía cremas, y el hojeaba un libro.
Pintor: Amor, tengo algo que confesarte.
Muchacha: Si estuviste con otra mujer cuando estuve en coma, quiero que sepas que lo entiendo, mi futuro era incierto, y es normal que desearás estar con otras.
Pintor: No, no es eso, no salí de esa habitación.
Muchacha: ¿Qué quieres contarme?
Pintor: Verás amor, es importante para mí, que sepas que en realidad te conocí en coma, me enamoré de tu silencio, y ambos nos cuidamos desde entonces…
Muchacha: Verás, es importante para mí, que sepas que en realidad he ido recordando miles de libros y sabores. Cientos de cuadros, como si viviera por todo el mundo un trocito de mi. He sentido cien mil caricias recorrer mi cuerpo. Nunca me creí haberme enamorado de ti, pero ahora no me cabe duda, hazme el amor y olvidemos lo que acabas de contarme.

El lobo tullido y el hada - Celeste



En un lugar de la memoria, cuyo nombre no consigues recordar, hay un frondoso bosque donde vivía una pequeña hada, saltaba de verde a azul, y todas las escalas de colores que un ojo puede ver, cansada, entró en un agujero de un árbol, y se puso a dormir. En la distancia, un viejo lobo herido se arrastraba por la maleza, agotado, se sentó en la sombra de aquel árbol. Su delicado oído, captó un pequeño soplido que emitía la pequeña boca del hada, pues dormía con la boca abierta.
Lobo: ¿¡Quien anda ahí!?
Hada:! Ñe ñeee.!
Ninguno podía verse, y la altura y la madera separaban sus ojos.
Lobo: ¿Cómo?
Hada: Déjame dormir un rato mas. ¡Feo!
El lobo se quedo mudo, el antiguo rey del bosque, se quedo mudo con esa vocecilla entre nasal y aniñada, se calmo, y se puso a dormir también. Horas más tarde:
Hada: ¡Buenos días!
Lobo pensando que era de noche: ¿Quién eres?
Hada: Me llamo Loli, Loli Pop.
Lobo: Me gusta, es dulce.
Loli Pop: Jajaja.
Las horas fueron pasando, y fueron charlando, interesados el uno por el otro, hasta el amanecer, entonces, el lobo susurro:
Lobo: En algún lugar del día estaré durmiendo contigo mientras siga pensando en ti, he de ir a mi madriguera.
Loli Pop sonrió y se sintió dichosa de haber vivido una noche mágica, oyó como unos pasos se alejaban y suspiro en voz muy baja:
Loli Pop: No sé nada de, y sin embargo, no me hace falta saber más.
La pequeña hada se fue a la ciudad de las hadas, como cada mañana, allí estaban todas sus amigas, cantando y dando vueltas sobre una seta gigante:
Hadas cantando a coro:
Una vez,
 Una única vez,
 Siempre lo siento,
 Cuando vengo no estás,
 Tuve miedo,
Se mis brazos,
Se mi cuerpo,
Confió en Ti,
Confió en Mí,
Es tan difícil,
Es tan fácil caer,
Mi cuerpo entero quiere saber de ti,
Sé que estas allí,
Y ahora unos pasos son años luz,
Sé que estas
Y no es aquí,
Y no es aquí.
Otras recitaban poemas de amor, algunos tristes, otros alegres, pero todas querían ser mágicas pues la única magia que posee un hada, son polvos mágicos, que brillan en la noche, y les permite volar. Ella pensaba en sus adentros… si ellas supieran, dedican horas a suspirar una noche mágica y yo tuve una ayer.
A la noche, el lobo, en contra de su instinto, volvió al árbol:
Lobo: Hola.
En una pequeña pero maratoniana demora.
Loli Pop sonriendo: Hola.
Lobo: Has vuelto.
Loli Pop: Quería hacerlo.
Ambos en sus adentros se sintieron un poco menos mortales, y repitieron la noche anterior, hablando de cientos de cosas, de juegos, y de nada que otros supieran imaginar.
Lobo: He de volver a mi guarida, pero estaré allí donde quieras imaginarme.
De nuevo los pasos se alejaron, y el hada entera brillaba con luz propia, lo había vuelto a hacer, se sentía dichosa, y cuando voló hacia la ciudad de las hadas, ella poseía en mayor placer, era tan irreal, bailaba, cantaba y todo, con una energía que no parecía decaer, y llevaba muchas horas de sueño acumulado. La tercera y la cuarta noche, fueron un amanecer de palabras, el hada, había olvidado por completo sus miedos, y estaba ansioso de conocer y tocar a la otra voz al lado de la madera, inconscientemente sabía que era mutuo.
La Quinta noche, el hada susurro a la madera:
Loli Pop: Quiero bajar y abrazarte.
Lobo: Yo también lo deseo.
El hada despego los pies del hueco del árbol, y entre la oscuridad de la noche fue iluminando a su acompañante.
Loli Pop: !Eres un lobo!
Lobo: Eres un hada.
Loli Pop: ¡Los lobos se comen a las hadas!
Lobo: No te voy a perseguir, apenas puedo caminar con mis heridas, yo tampoco sabía que eras, pero no me importa, sigo queriendo abrazarte.
Loli Pop: Yo también.
Ambos estuvieron más de una hora abrazándose, siguieron caricias ciegas en caminos perdidos, como si hubieran estado esperándose cientos de años, no había miedo.
El amanecer despertó, y ambos amantes volvieron a sus mundos, el hada había oído hablar de muchas hadas que habían sido atacadas por lobos, y muchos seres del bosque, querían sus polvos mágicos, pues con ellos se podía volar.
Las noches fueron pasando, el hada montada en el lomo del lobo, viajaba a mundos donde los pies y las alas, no podían llegar.
El hada se sentía muy dichosa, y comenzó a hablarle a sus hermanas hadas sobre su amor prohibido con el lobo, no solían hacer buena cara en el mejor de los casos, y todas comentaban que solo quería comérsela, o peor aún, era un lobo herido, quería un hada que cuidara de él, o poder robarle su capacidad de volar. Ella intentaba mantenerse firme ante las burlas y advertencias, la desgastaban, como las olas dibujan las olas del mar. Un día decidió presentárselo, para que vieran que sus intenciones eran buenas. No fue una buena idea, el lobo asomo el hocico y todas parecieron asustarse, pero vieron la cojera del viejo lobo, y que apenas podía sostenerse en pie, las hadas, aún molestas por el susto, comenzaron a volar en círculos alrededor de él y a hacer los movimientos más rítmicos y gráciles que sabían hacer, mientras reían al unísono. El hada, no supo reaccionar, y empezó a sentir lástima por su lobo, a tener dudas, y miedos, hasta que decidieron que estar solos sería lo mejor.
Ambos se sentían infinitamente abatidos, y el hada decidió romper su soledad, y atreverse a ir a ver al gran espíritu ancestral del bosque. Nadie sabía donde vivía, voló días enteros, y al final, agotada, cayó al suelo y estalló a llorar. Cuando desesperada, pidió a la vida que le enseñara su propio camino.
Un pequeño caracol, le pregunto:
Caracol: ¿Qué te pasa pequeña hada?
Loli Pop: Puedes explicarme porque hay una voz en mi cabeza, porque que me dice que quieren robarme las alas, porque busco defectos meticulosamente, porque me aparto, ¿porque tengo miedo?
Caracol: Puedo ayudarte pequeña hada, la voz en tu cabeza es tu pensamiento colectivo, es la voz que te ha hablado cuando crecías, cuando aprendías, cuando reías y llorabas. La voz se apodera de las personas, y las encierra en un manto de miedo. Dime pequeña hada, ¿que ves?
Señalo una flor con uno de sus cuernos.
Loli Pop: Una flor.
Caracol: ¿Y que mas ves?
Loli Pop: Es bella y frágil.
Caracol: Discrepo, es bella y fuerte.
Loli Pop: Podría pisotearla hasta reducirla a escombros.
Caracol: Esa es la verdadera belleza de la flor, no tiene que usar ningún arma para defenderse de ti, pues ella es vida, la vida solo sabe dar vida sin importarle si puedes acabar con su existencia, esa flor esta en un plano muy superior a ti, ama sin miedo, crece con lo que tiene, y florece cada primavera, para volver a morir.
El hada se quedo sin palabras, y empezó a ver esa flor sin el nombre que le habían enseñado, ya no era un vegetal, una planta, una flor, ahora era belleza, ahora era, Vida. Se puso a llorar de lo increíble que acababa de contemplar, una fuerza increíblemente benévola que solo quería vivir, y a su vez, creaba oxigeno para que ella viviese también, y nunca, se había fijado, nunca… hasta que lo vio con los ojos del caracol.
El hada, llorando de felicidad suspiro: Gracias, pensaba que solo eras un triste caracol, y en realidad eres…
Caracol sonriendo: Shhhh…, es nuestro secreto, no hay razón para tener miedo, jamás.

En el otro lado del bosque, en su madriguera, el lobo dibujaba su hada en las paredes de su madriguera, cuando estaba triste, sonreirá y susurraba a su hada:
Sr. Lobo: Si pensamos lo mismo, nos encontraremos.

Diario Rojo


Su diario estaba allí, exhibiéndose, pasivo, tentando a ser leído. Ojeé algunas páginas:
“Se que es ansiedad, está allí, indescriptible y hambrienta de mí, me levanta, me suelta, me lame y me escupe, soy su saliva. A veces espesa, a veces fluida, me posee y yo necesito que lo haga. Es el camino más próximo hacia nada en concreto. Pero está allí, tan segura de sí misma que no duda en indicarme qué deseo en cada momento.
"No logro dormir, el pijama se desliza, la goma está desgastada y cede. Estamos solas mi hermana y yo. Ella duerme y el elástico ya rodea mis rodillas. Doy vueltas y vueltas, mis pezones están más duros que nunca. Las braguitas cuelgan ya sólo del dedo gordo del pie. Ella respira fuerte, casi ronca. Abro la ventana, con la camisa abierta, y mis pocas formas bombeando sangre rosa pálido. Un grupo de chicos de la calle me descubren y observan, sus conversaciones acaban ya. La ventana cubre mi pubis. Por mí, todo por mí. Sus cigarrillos se vuelven grises de ceniza y entre su inmovilidad, mi mano está entre mis muslos, muero entre mis piernas cerradas. Ellos se acercan más para mirarme, vuelvo corriendo hacia mi cama, el ansia se ha ido, y el calor con ella, me duermo hecha un ovillo, totalmente cubierta por las sabanas.”
Pasé algunas páginas más.
"Mi madre me ha mandado a buscarle unos zapatos. Hoy estreno la falda corta y quiero lucirla con unas medias a rayas. En el camino de vuelta, unos chicos me saludan, me acerco decidida. Me acosan a preguntas, son muchos, no sé a cual mirar. El más descarado remata la conversación invitándome a una fiesta por la noche, le digo que no. Él insiste, me cita para las diez, en ese mismo banco. Le rechazo sonriendo y me voy. Ya en mi habitación, recuerdo aquel verano, de iniciaciones y curiosidad. Recuerdo aquel verano, los chicos nunca se portaron bien conmigo, no pienso ir. Recuerdo aquel verano, nada malo ocurrió, pero todo cambió. Recuerdo aquel verano... ¿Qué me pongo?
Un vestido corto de mi hermana, purpurina en los hombros y sombras para resaltar mis ojos. El chico me recoge, y en la fiesta sólo hay pesados y cerveza. Normalmente no bebo, pero hoy consumo lo segundo. Cerveza, cerveza y cerveza caliente. Tengo ganas de hacer ir al baño, pero en el lavabo me acaricio y no meo ni gota, paro antes de mojarme aún más. Excitada y sin hacer pis. Me bebo otra cerveza y me voy mareada. Tengo la vejiga llena, me detengo en un callejón, detrás de un contenedor. Me bajo las bragas y no evito masturbarme, tengo un orgasmo y me deshidrato viva vaciandome de todo líquido. Me he corrido, estoy borracha y mis manos arden mojadas, he de volver a casa."
Algunas páginas más.
He vuelto a quedar con él, me siento bien, aunque sólo me dedique un día al mes. ¿Me he vuelto una conformista? Cuando estamos juntos me dejo llevar, aunque las cosas no son como deseo. Es tan agrio y a la vez tan cariñoso…
Sigo preguntándome por su pasado, ideas y sentimientos, no tengo respuesta. Está plagado de máscaras, es infranqueable, sólo a veces, pensativo, parece agrietarse por momentos, aunque se recompone en décimas de segundo.
Hemos ido a bailar, he bebido un poco y me he descontrolado, acabamos en una pensión de mala muerte. Estábamos a oscuras mientras lo haciamos, nos desbocamos y empezamos a mordisquearnos tímidamente. Él encendió la luz y su cuello tenía pequeños morados hechos por mi. Fui a lavarme. En el espejo vi mi nuevo maquillaje repartido entre los hombros y alrededores. Me encuentro aterradoramente lasciva. ¿Me quiere? creo que ya me da lo mismo..."

Corazón Pistola - Amarillo

Miradas grises, ya nadie recordaba cómo eran los ojos ajenos. Las calles estaban llenas de hombres vestidos  de negro y complementados de gafas del mismo color. Las mujeres lucían prendas masculinas, con chaqueta-pantalón. Para igualar el contraste de roles, los hombres también habían perdido su masculinidad, eran estériles la mayoría. Pero aparte de ser algo físico, también se reflejaba en la creatividad hermafrodita de ambos sexos.
Silencio, los hombres solo oían los gritos de sus egos. Sus pensamientos se expresaban como bisagras corroídas dentro de sus cabezas, ya nadie recordaba una sonrisa, o la última vez que se sintió vivo.
Un hombre tropezó con los cordones desatados de su zapato; perdió el equilibrio y su mirada chocó con la sombra de una mujer. Esta sintió vergüenza, siempre la tuvo, ya que su ya que la oscuridad que proyectaba era amarilla. Su miedo se volvió tan fuerte… como un vicio que le dolía… quería mirarle a los ojos… pero tenía tanto miedo… el mundo le enseño que todo que estaba delante de sus ojos era un rival… Quiero mirarte a los ojos… Silencio! No puedes, no debes… Dame un beso que me dure hasta morir…
La mujer puso su mano en su pecho, y no escucho a nada latir. Se extrañó y rebuscó en el interior de Su camisa, pero nada cambió. Asustada, Su mano atravesó la piel, y cogió su corazón. Se lo acercó a la cara; olía a pólvora. Tenía un pequeño mango, y un gatillo.
Empuñó Su corazón, apuntando al hombre, y presionó el gatillo.
Del corazón saltaron chispas de sangre, algo salió disparado,  impacto en el hombre.
Las demás personas lo vieron, y desenfundaron sus corazones, disparándose unos a otros, hasta que solo quedo ella. Caminó por las calles llenas de cadáveres, y se puso a llorar.
Ella: Me acabo de matar a mí misma, y ahora solo quedan mis ganas de matar.
Se colocó el corazón en la sien, y se dispuso a pulsarlo.
Lo hizo.
Silencio.
Su corazón  no quería matarla.
Pasaron años, en los cuales sobrevivió con latas de conserva y agua de lluvia. Hacía años que la civilización había olvidado a entender lo que leía. La humanidad ignoraba que la tierra podía cultivarse. Un día, desesperanzada y con su sombra ya gris, volvió a apuntar su cabeza con el corazón, y este le susurro.
Corazón: ¿Por que?
Ella: Porque ya es tarde.
Corazón: Eso fue lo que os mató, la falsa indiferencia en vuestra esperanza.
Ella: Es tarde.
Corazón: Despierta! Ya!
El hombre apareció en el día y lugar donde empezó todo. Corrió hacia la mujer que apuntaba su corazón pistola.
La besó y la desnudó.
Mujer: ¿Por que?
Hombre con Su corazón latiendo: Porque no hace falta justificar nada. Cuando perdemos la esperanza, nuestra humanidad pierde el miedo a fracasar.

Proyecto Arco Iris



Recientemente intenté editar, me sugirieron que hiciese 7 cuentos, cada uno con un color y significado. Retoqué 7 cuentos, aunque no fueron del agrado del editor. Me parece una pena, tanto trabajo desaprovechado, así que he decidido publicarlo en el blog. Son cuentos adaptados de otros que ya escribí, en parte un tanto corregidos, en parte distintos. Procedo a ello, con un color añadido al título.

6/11/2017

Tempus Fugit



Cuando acabe el último grano de arena volveremos a empezar, le dijo el reloj a la arena.
Entonces mejor no me adentro a ti, le contestó.
Deberías, replicó.
...:Por?
8:Tú no lo sabes, pero nunca fluirás con nadie mas como lo haces conmigo. Porque voy a ser tu

mejor amante. Vas a desear que mis manos te magreen. Vas a recordarme cada hora de tu puta

existencia. Cerrarás los ojos y me oirás jadeandote la nuca. Cuando los abras, me sentirás a

una distancia infinita. Te volverás cristal para mi, te romperás bailando, te pegarás para volverme

a sentir. Te follaré cada grano hasta que tu coño se vuelva barro. Te copularé la mente hasta que

tus neuronas no sepan si ríes o lloras, y sabes que?
   . ...:Qué?
8: Ya no queda nada de ti.


El ajedrecista le dio la vuelta al reloj.
Te toca, suspiró.

5/28/2017

Libélulas Hambrientas

Son esas pequeñas balanzas con alas, que tratan de equilibrarse. Debido a su naturaleza, sus
culos han tumbado ejércitos. Su alimento es la intensidad, por ella matan, por ella te harán un
Dios o un átomo. Las he visto en ciudades, pantanos o desde mi ventana. Están en todas
partes, escondidas, se disfrazan de moscas para disimular. Son tan bellas como su dolor,
escondido entre capas de basura y máscaras. Es un dolor que cubre otro dolor. Yo, saque valor de mi dolor y baile con ellas, sabiendo que a cada pasó mi vida era pulida por una radial. Pero que quieres que te diga, morir no es tan malo cuando se es inmortal e intenso. Cuando te sirvan un café, te compren unas gambas, o te vendan unas bragas, recuerda lo pequeño que eres sin su presencia.


4/28/2017

Héroes


Los héroes huyeron para amarse en soledad.
El campo de batalla estaba lleno de cadáveres. Eran únicos, los únicos. Solo sobrevivieron ellos dos. A uno le consolaba pensar que las almas nacen millones de veces, al otro le desganaba saber nunca mas volvería. Mientras se follaban, uno lo hacía gravando cada detalle porque tal vez no la vería mas, eso sería irrepetible y Ella era un impulso vaginal y animal.
En realidad eran muy parecidos, pero con la desidia de algunas decisiones críticas. La intensidad que latía en sus mentes no dejaba de parpadear, hambrienta de gravedad para colapsarse en si misma.
Él le pidió que bailase para su persona. Ella negó con sus ojos. Él suplicó que lo hiciese. Ella le pregunto: Lo mereces?. Él sacó un cuchillo del cinturón y se hizo 5 cortes en el antebrazo.
Él: Ahora?
Ella caminó hacia los cuerpos sin vida. Él puso una canción en una pequeña radio que cogió de su bolsillo.
Con las ropas rasgadas, ella se transformó en melodía. No seguía ningún compás, era caótica pero armoniosa. Los charcos de sangre salpicaban el suelo, y aunque no lo sabia ya nadie, se estaba abonando vida.
Él: me haces muy feliz
Ella sonrió y se balanceaba acariciando el aire. Se lanzaron un beso que choco en el recorrido. Cada uno siguió el camino contrario, si duraban lo suficiente, volverían a cruzarse.

4/16/2017



Nota: Estaba revisando tonterías en mi ordenador, y encontré 2 antiguos poemas. "Una noche sin luna" creo que es un poema que escribí a Laia, en mi primer beso. Ella nunca lo vio, pero me ha hecho gracia encontrarlo. He podido ver la fuerza de un Cristian impetuoso y melancólico, que no dista tanto al actual, en las noches donde no hay luna. El segundo poema, no tiene fecha ni nombre. Espero que estos poemas intimistas pero cercanos, puedan ayudar a alguien.



 Una noche sin luna

Esta tarde, se cerraron las ventanas blancas con las que normalmente te veo, nos perdimos, y detrás de dos piedras blasfemadas nos sentamos. Agarré tus manos astilladas de frío, con dos alianzas de sed de juventud. Te mire a los labios y los leí como un cuento con pocas paginas escritas; cada hueco de las aristas de mis besos tenían tu nombre gritado en ellos.Tú pecho latía sin miedo, dirigiendo el norte de el mio, es allí donde la sangre bate con fuerza las paredes de un cuerpo que la mantiene caliente, porque hay vida deseando ser abrazada con fuerza. Estés esta noche conmigo o sin mi, te siento en el cuello, deslizándote con el viento que me mantiene despierto. Se que todos tenemos un pasado al que acudir las noches en que no hay luna, los atardeceres donde los arboles se desnudan de sus hojas y dejan verse mortales como son, pero quiero que a partir del momento en que probé el sabor de tu piel se sobrescriba un nuevo pasado que eres tú...




Sin título

Es de noche, sabes... no hay ventanas,no hay luz, no hay techo. Solo unas mantas y estoy encerrado, en una caja y en una caja hecha de candados y estoy cansado y me duelen las costillas y el hambre parece haberse comido ya casi todas mis fuerzas y me faltas tú... hablo en voz baja, solo me oigo yo mismo, aunque son palabras para ti, me preocupas hasta el punto de sobreponerte al conjugarte en los verbos a primera persona y no quiero hundirte en mi balsa de huesos, no se puede nadar en aceite, las palabras pesan poco y sabes que tengo prohibido decírtelas todas, soy un diccionario incompleto y no quiero serte una cicatriz diaria y no quiero dejar de verte y no quiero ser un día un rumor del pasado...

4/06/2017

A la srta bomba atómica



Por favor, deja de apuntarme con tus pezones cada vez que tonteamos, tu camisa de algodón se acentúa y me salen los ojos escurriéndome por los párpados. Voy a tener que marcharme, y no quiero, pero temo que estalles y estallemos en una reacción en cadena, como fichas de domino fabricadas de puro sexo. Y tu sabes que me encantaría salpicarte en esa explosión, manchando hasta el último poro virgen, si es que queda algún superviviente. Pero no quiero, aun no quiero que veas lo humano que soy, quiero seducirte y volver a hacerlo cuando yo no este... solo recuerdos de mis palabras. Y tus dedos se pierdan en un alzheimer insaciable de caricias, como torbellinos paseando entre tus piernas. Porque cuando mi cuerpo son tus dedos, cuando mi mente es tu fantasía; soy eterno e omnipresente, entre susurros que te vuelven esclava y drogadicta a mi. Y sabes porque quiero ser tan cruel contigo? porque tu me haces lo mismo sin que te suponga un esfuerzo e intención.


Nota: Lo escribí hace un tiempo.

12/29/2016

La vida es


Ver bailar a una mujer
Escuchar música sin anuncios
Todo lo que te rodea
Lo que te embute
Amarlo todo, y solo enamorarte de pocas cosas
Ver mojarse unas bragas
Hablar una persona mas de dos horas
No poder despedirte
Un beso donde la lengua tarda minutos en entrar
Un abrazo cuando lo necesitas
Conectar
Wikipedia, siempre que te creas 9 de cada 10 cosas
Que la seducción sea eterna
Cuando alguien te conoce bien y aun así le gustas
Masturbarse
Descubrir los sueños de alguien y hacerlos tuyos también
Ser valiente
Ver bailar una flor

El Bar

Uno de los intentos de mis padres, para integrarme en la sociedad, fue que trabajase en el bar de un amigo suyo. Por aquel entonces lo solían frecuentar, ese era uno de sus tres favoritos. No recuerdo ni el nombre del local ni del dueño, al que yo apodé "pajarito", debido a que le encantaba una canción horrible que hablaba de pájaros. Por aquel entonces salia con Emma, mi primera novia. A mis padres les caía mal: a ella porque ninguna mujer me merecía y él por ser mas fea que un luchador de sumo. Deduzco que eso, y mi fracaso escolar, hacían de mi el perfecto inútil. Así que me obligaron a ocupar el verano en ese asqueroso bar. En mi vida solo he trabajado en dos, pero he estado en muchos, y puedo decir que ese era el mas peculiar de todos. Era muy joven, y no pude apreciar la oportunidad que se me dio, servir en un sitio lleno de alcohólicos. Pajarito lo era, y lo odiaba a muerte, pero ese tipo era muy especial. Para empezar, su pareja había sido prostituta, y no hablo de una guapa. Le faltaban la mitad de los dientes y su cuerpo estaba malamente hinchado, debido a la mala vida. Aun y así, se enamoró de ella y la sacó de la prostitución, con un par de huevos. Pajarito acostumbraba a beberse los quintos de cerveza como agua, y no solo eso, daba de beber a otros. Cada mañana venía un hombre pidiendo un coñac para empezar la jornada. Ese sujeto, solía hacer recados para el pajarito. Un día pregunté por que aquel ser bebía como una esponja, y resulta que un día perdió su trabajo, junto a él, también mujer e hijos, y mal vivía en una pensión. Cerca del antro donde trajinaba, quemaron viva a Rosario (Charo). Ella era una mujer venida a menos, debido a las drogas. Luego las substituyo por el vino, y acabo muriendo en el mismo lugar donde empezó a trabajar. Su única hija, Xantal, escribió en una carta:
"Potser un dia com avui la meva mare hauria decidit que havia de començar a acceptar ajuda per tornar a ser qui havia sigut", lo que traducido sería "Quizá un día como hoy mi madre habría decidido que habría de aceptar ayuda para volver a ser quien era".
Yo mismo, he cometido errores, como intentos de suicidio, y por suerte, hubo gente que me supo comprender bastante o casi nada, que no es lo mismo pero es igual. Tal vez no tenga oficio ni beneficio o  futuro. Ni antes ni ahora hubo certidumbre. Tampoco la hubo en mi dudosa rehabilitación. Todas esas personas buscábamos poder sobrevivir un día mas en un mundo cruel y vacío. Yo tuve suerte, y ojala los demás hayan o hubieran podido alargar sus oportunidades. Cada uno es como es, y puedes y debes ayudar si alguien te pide ayuda, pero hasta entonces, intentar cambiar a alguien, es una forma de odio. Comamos caramelos de alcohol, de droga o fármacos legales, pero démonos una y mil oportunidades, nos lo hemos ganado por conseguir seguir vivos; al fin y al cabo, nada de lo que amamos tiene sentido si uno ya no existe.