9/26/2010

Vive Conmigo

Ya no tenía 15 años, sino más bien, 45. Su última pareja la abandono, decía que no sabía hacerle feliz. Ella estaba segura que toda venia por el sexo, en el que ambos no se atrevían a decirle al otro que buscaban. Esa era una noche de mierda, y quería pasarla sacrificando neuronas y suicidándose un poco, solo un poco. Ya que un trozo de su corazón moría, haría que un trozo de su mente fuera sepultado también. Se pintó los ojos, se vistió con la típica combinación rosa-negro, y ropa acampanada para disimular su delgadez. Con su bufanda rosa y trajeada, parecía una mujer feliz, que vestía de trabajo. Entró en una tienda e hizo sus compras. Luego llego a casa, y dejó las bolsas en la mesa. Encendió su ordenador. Se conectó a un chat. Se limitó a buscar los Nicks más insulsos y aburridos, nombres propios acompañados de una edad, o quién sabe, quizás eran centímetros. Se dedicó a empezar conversaciones, y a ponerlos cachondos, sin esperar apenas contestación. A medida que avanzaba, esos hombres se desconectaban sin siquiera decirle adiós. Era la señal inequívoca de que se habían corrido, y después de eso, eran tan poco que desaparecían. Así fue, uno tras otro, iban entrando nuevos, y casi coordinados salían, los estaba despachando sin siquiera sentir un poquito. Su coño estaba roto, y no iba a soltar ni una lágrima por sus víctimas. Apagó el ordenador, y su salón se volvió inmenso. Recorrió la distancia de la silla a la mesa con el cerebro a cámara lenta. Cogió una lata de cerveza, la abrió y comenzó a beber. Estaba caliente, así que miro al cielo y dejó salir un pequeño eructó de gas. Sin acabarla, la abandono por casa, y empezó a beber una botella de Vodka como si fuese agua. Más bien estaba llenando su cuerpo. Con el calor que daba el alcohol su cuerpo sudaba silenciosamente, y su pelo se iba volviendo grasiento y despeinado. Pronto se levantó del sofá y abrió el Bailey. Estirada en la cama, sin capacidad de llorar, su garganta exhalaba sabores alcohólicos y de bilis. Daban igual las manchas, ella seguía tragando la espesa bebida como si de diarrea aguada se tratara. A veces cerraba los ojos y recordaba a su viejo amante follándole las entrañas, pero eso ya no volvería a pasar, jamás. Se fue al wáter, le dolía la tripa. Se quitó los pantalones y bajó sus bragas hasta las rodillas. Su ropa interior era vieja ya por la legía. Se puso a cagar, y mientras se vaciaba por abajo, seguía bebiendo Vodka, o algo transparente que había comprado. Al acabar, se fue al salón balanceándose, hasta la mesa, donde reposaban las botellas. Mientras abría una, dejó de pensar por un momento en él, y se preguntó si se había acordado de limpiarse el culo. Palpó, olió sus manos, y apenas olía, se había acordado de hacerlo. Inmediatamente después, él volvió a su cabeza. Intentó enfocar su mirada en el espejo, y se vio patética. Con las manos tocó un pequeño collar dorado, que él le había regalado. Un aluvión de malestar se apoderó de ella. Con un gestó brusco lo arrancó y tiró al suelo. Bebió más, y arrastrándose a gatas, fue a buscar la ropa tirada del baño, se vistió y salió a la calle. Como pudo legó al primer banco que encontró. Allí cayó desplomada, con el pelo esparcido por la cara y la boca medio abierta. Todo daba vueltas. Al abrir los ojos, las estrellas bailaban, parecían felices, y ella solo quería, caer, caer de unas escaleras tan largas, como la distancia que los separaba.


Experimento

9/18/2010

El placer de estar solo

Hace ya más de 4 años que desperté del coma, tuve que comenzar prácticamente de 0. Se me ha hecho eterno, pero placentero. A pesar de ello parece que este comenzando a jugar el juego. Mi cuerpo parece compenetrarse mejor con mi mente; se ha vuelto extremista, es capaz de darme ganas de morir cada minuto de mi vida despierto, o hacer que me tiemblen las piernas de placer, hasta casi desplomarme. Afortunadamente he aprendido a controlar mejor las emociones a mi favor. En mi día a día suelo estar solo, comparo mi soledad con la de los demás, y no se parece, mi soledad no es callada ni está entre medio de multitudes; la mía, se mueve entre medio de un mar de gente sola, que hace ver que se comunica, buscan inconscientemente flotadores de autoestima. Realmente nadie habla el idioma de los humanos, estamos separados por paredes de aire, y nos hacemos compañía mientras proyectamos realdades deformadas por genes y recuerdos. Uno mismo es un compañero fiel y traicionero a la vez, que tiende a dejarse llevar por fetiches, sociedades y ritos; la gente quiere integrarse y a su vez manifestarse; somos huéspedes de un pudding de carne y huesos, hijos del tiempo y padres de las próximas generaciones de tiempos. Soy, una maquina que no quiere desconectarse, por miedo a que no me reinicien.

9/17/2010

Animals de carn calenta

Cap al fosc, tots els llums acabaven en un bar de mala mort, devia ser l’últim lloc de la ciutat on es feia fosc.
Aquella nit, una meuca no havia estat pagada per el seu treball, es podria dir que l’havien violat, i la única diferència, era un sou.
A uns metres, una noia escabrosament maca, plorava sang, el seu xicot l’havia deixada el dia del seu aniversari. Feia 29 anys, i es sentia tan vella com una de 79.
D’un taxi, baixava un torero, no havia deixat propina perquè el taxista no s’havia fixat en que era famós. Sortia de mala gana del cotxe, feia uns dies que un toro l’havia enganxat. Estava pendent d’unes probes del metge per tornar, o no, a torejar.
A prop aparcava un senyor, un luxós automòbil. Unes hores abans, acomiadava a uns quants treballadors de l’empresa. Es consolava pensant que ell només acomplia ordres, que havia de reduir despeses, però sabia que ell cobrava 10 vegades més que ells, és clar que tenia més responsabilitats i estudis, però estava fet de carn, quasi com la d’una vaca. La vaca te la menges i no vols saber ni don ve, saciada la necessitat, morta la culpa. I era així per a tots els rics, però potser ell sabia, que només era un ric fet de carn.
Algú tancava el pany de l’església. Era el capellà del barri. Sortia cremat per la xerrameca de les iaies que no tenien res millor a fer que confessar-se de pecats passats de moda i de rosca. La religió s’havia tornat com un rebost d’anys acumulats dins de carn en conserva per quedar bé.
Els cinc personatges desitjaven desconnectar les seves ments repetitives, ennuegant les seves consciències dins d’una nevera enmig de l’infern.
El local només tenia una taula, i es van anar asseient tots al voltant d’un vell revell, que remenava una tassa de té. Entre el soroll de gots i glops, el vell revell va dir:
Vell revell: Quin es l’origen de la insatisfacció humana?
Tots van deixar de beure i d’aixecar els seus gots, es va fer el silenci. Ningú deia res, i tots es miraven, pensaven en el ridícul d’aquella situació, algú va trencar la pau sonora:
Meuca: La gent és infeliç pel sexe. La gent té frustracions, en el sexe es veu realment com son les persones. Es passen hores i hores planejant la vida al voltant dels diners, i a l’hora de la veritat, s’ho gasten en confort, putes o vi, perquè estan farts de les seves vides, i necessiten silenciadors a les seves flaqueses, els sexes, que es posen erectes y apunten als seus caps com una pistola. Si la gent follés mes te la fotrien menys.
Va ser molt contundent, i tothom va paralitzar-se en el temps, menys la meuca, que va seguir bevent.
Mig borratxa la noia maca va vessar el seu got, i les paraules gotejaven entre singlots, com el vi per damunt la taula:
Som uns pendons desgraciats… perquè ens passem mitja puta vida… estan macos pels altres, i dissimulant… les nostres… debilitats. Meuques barates, que… la llepem perquè ens diguin que ens estimen, o… per un miserable salari. L’únic autèntic amor… , és el propi, i tothom té un tros… del meu, menys… jo.
Va tossir espurnes de saliva, vi, i bilis, es va posar a plorar com una adulta, que volia ser nena.
Un cop va espetegar la taula, tot seguit un rot sonor va trencar l’aire, en so i olor.
Torero:*” ¡Puta vida de mierda! ¡Podría estar follándome alguna niñata! Y hacerme una raya de coca en sus bragas. Y estoy aquí, con los fracasados de turno; me dáis asco lloricas. La culpa la tiene el odio, miramos a los ojos de alguien, y no sabemos qué piensa, entonces aparece el miedo, a que quiera aprovecharse o hacernos daño. Seguidamente pegamos primero, no sea caso lo haga él antes. El odio se multiplica por dos entonces, y cuando la sangre se desprende de su cuerpo, se triplica. Ves tus manos teñidas de sangre, y descargas tu ira y frustración. Cuando sientes entrar la espada en un toro, su cuerpo se resiente por cada centímetro que penetras, y para ti solo es, un trabajo bien hecho, alguien le dará un sentido a lo que has hecho, y con suerte, te lo creas.”
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*”!Puta vida de merda!! Podria estar follant-me a alguna noieta! I fer-me una ratlla de coca a les seves calces. I estic aquí, amb els fracassats de torn; Em feu fàstic ploramiques. La culpa la té l’odi, mirem els ulls d’ algú, i no sabem què pensa, llavors apareix la por, a que s’aprofiti o ens faci mal. Seguidament peguem primer, no fos cas que ho faci ell abans. L’odi es multiplica per dos aleshores, i quan la sang es desprèn del seu cos, es triplica. Veus les teves mans tenyides de sang, i descarregues la teva ira i la frustració.
Quan sents entrar l’espasa en un toro, el seu cos es consum per cada centímetre que penetres. I per tu, només es, un treball ben fet, algú li donarà un sentit a allò que has fet, i amb sort, el creuràs.
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Tothom va callar els seus moviments, al cap d’un parell de minuts, un got va esclatar contra el terra, embrutant de vi al personal. Era la ma del milionari, que va deixar caure la beguda.
Milionari: Cada segon es l’últim. La culpa la tenen els diners, a partir del moment en que posem preu al nostre treball, deixem de ser persones, per ser metes. Hom podria calcular, quantes hores treballarà a la seva vida, i així poder saber que es el què val i valdrà, perquè l’home es allò que pot comprar o vendre, l’ésser humà és la necessitat incompleta d’un altre. Som éssers fets d’esforç, mentides i complexos, som somnis que volen somniar.
El capellà es va aixecar, i es dirigí cap al bany a vomitar, un cop quasi buit, va glopejar aigua de l’aixeta. Amb la cara mes tonificada per la fredor mullada, va anar a la taula i després de tossir 2 cops…
Capellà: Des de que l’home té ús de raó ha necessitat a la religió per explicar el que no entenia, i ara, milers d’anys després, necessita als déus per explicar el que entén. Som infeliços, perquè necessitem enganys per entendre la realitat com ens convingui. Aquests trucs ens passen factura, perquè la por viu amb nosaltres, la de no saber si fem el correcte, si tindrem o no una segona oportunitat. Som hipòcrites mentiders, fills del dubte, i pares de la discòrdia. Som fills de déus de carn i os.
Tots van acabar de parlar, tos menys el vell. El capellà va posar-se blanc, va dir tartamudejant…
Capellà: No… no… no pot ser, tu… tu… tu ets famós, jo et conec, fa mes de cent anys que ets mort. ¡Tu ets Tolstoi!
El vell va riure, va deixar de remenar la tassa de te, se la va acostar la boca, i tots miraven bocabadats com es bevia el te. Després es va eixugar la boca, va somriure:
Tolstoi: Tots teniu raó, sou 5 filòsofs de la vida, 5 borratxos en una taula bevent vi que faria vomitar a una cabra. Amics, la veritat, és que l’home necessita posseir per ésser. Per començar, tots som matèria prestada de l’univers, estem fets de carn. La carn té unes necessitats, des de les més bàsiques, fins a les més complexes, com les que heu discutit sols avui i aquí. Sense necessitat no hi ha vida, i el més important, no hi ha ganes de viure. Cap de vosaltres en té la culpa d’estar posseïts per la necessitat de la carn que us forma. Ja no té cap sentit que us odieu. Dubtem i després existim, si només sabem, sol insistim.

Aquella nit van deixar de culpar-se 5 persones, i van deixar de beure les mateixes.