12/29/2009
12/25/2009
Muerdeme, en la yugular
Mateo se levanto de la cama, en silencio se vistió, y en silencio fue a la cocina. Cogió una caja con cereales y fue a su estudio. Los tiro en un gran cubo metálico, y acto seguido revisó la pintura que le quedaba. Vació sus tres pinturas favoritas en el cubo, y con un palo meneo la mezcla. Con una cuchara empezó a comerse el pintoresco desayuno. Cuando acabó abrió un cajón, y sacó unos prismáticos. Preparó el caballete con el lienzo, y se dispuso a avistar con los prismáticos durante unas horas. Al tiempo vislumbró una hermosa gárgola femenina copulando con su vecino. Los contempló impasible, hasta que ella abandonó a su amante y se fue caminando en dirección a casa de Mateo.
Mateo: Es el momento.
Dejó los prismáticos y se desnudó. Despacio tocó la tela y esta le absorbió. Allí estaba, desnudo en medio de la nada más blanca, solo y en el silencio mudo.
La gárgola llego volando, y se posó sobre el miembro erecto de Mateo, y empezó una orgia de movimientos y sonidos. Ella parecía violarle y el moría un poco a cada embestida de la salvaje amante.
Cuando estaba a punto de correrse Mateo, la gárgola alzó el vuelo y voló fuera de la tela.
Mateo: Gracias musa.
Mateo eyaculo pinceladas de pintura, y despertó fuera. El cuadro ya estaba hecho.
Encargo rechazado
Manual de como ser fiel
Laura y yo no estábamos bien, era muy celosa, y no confiaba en mí. Ese fin de semana salí un rato, necesitaba evadirme. Fui con mi hermano y la secretaria, a una discoteca de ambiente Bi. Los baños masculinos eran peligrosos, así que fui al de mujeres. En la cola una hermosa chica me pregunto como podía ser más bella, le dije que ya lo era, pero que dejara ver más su melena. Me dio las gracias y se acerco, empezó a lamerme la cara. Laura era sosita, y no tenia un cuerpo tan perfecto, me estaba excitando la situación. Intenté pensar rápido, sabia que si me lamia mas perdería el control, y no quería ser violento ante una valentía de ese calibre, podía herir su feminidad. Hice lo que pude, le dije: Lo siento, soy gay.
Inmediatamente su libido freno, me sonrío y se marchó. No le conté nada a Laura, habría pensado que me lié con ella, y se lo contaba porque me sentía culpable. En su cabeza era imposible pensar, que se lo contaba porque si fui capaz. Un tiempo mas tarde, se fue de viaje a ver la f1, a Francia creo. Ese fin de semana volvimos a la misma discoteca, y casualmente me presentaron a Irene, una chica con un cuerpo diseñado para el sexo. Creo que Irene quería algo mas que conocerme, y hablando me contó para que usaba cada dedo de su mano, acabando por el índice. Me dijo que se masturbaba con el, puso un tono muy sexual en su explicación. No pude evitar excitarme, y como pude pensé: A Laura le cuesta mucho confiar en los hombres, que clase de persona seria si siguiera el juego, desde luego no es bueno para ella, si sigo aquí voy a meterle mano, mejor vete a casa…
Apagué mi calentón con un par de pajas dedicadas a Irene, y así acabo el fin de semana. Al regreso de Laura, me explicó que había conocido a un policía, se habían liado, y que me dejaba. Que gran contradicción, la celosa era infiel, ¿como podía ser? Muy sencillo, Laura le tenía miedo a la vida, y necesitaba la fuerza de los demás, solo pensaba en ella misma, y si alguien la “traicionaba” ponía en duda su autoridad y persona. Tal vez necesitaba una inyección constante de autoestima y ser deseada por más hombres. Al romper, fue pasando de ingle en ingle, creyendo siempre que los hombres eran los malos de su vida.
La necesidad de fidelidad, es tan necesaria y racional, como la necesidad de ser infiel. Ambas cosas son instintivas y territoriales, ambas tienen una base genética.
Desde mi accidente, me sentí dividido, una cosa era mi pensamiento, y otra era mi cuerpo, con reacciones químicas incluidas. Esta claro, que por mucho autocontrol que tengamos, el cuerpo va a querer mandar sobre nosotros, y que si no le damos lo que necesita, va a torturarnos químicamente para conseguir lo que quiere. El enamoramiento es un ejemplo perfecto, donde la química hace estragos para querer conservar a esa persona tan necesariamente especial. Es difícil luchar contra el cuerpo, sobretodo si el combate se alarga, y si queremos luchar, tanto para ser fieles como para consentir la infidelidad, cortar la fuente de discordia puede ser una buena táctica a seguir. Al mínimo coqueteo de lo que nos puede hacer cometer la infidelidad, cortar por lo sano. O dejar libertad a nuestra pareja, cuanto menos información sepamos de su vida privada mejor, dejar juzgar a un cuerpo celoso, es una provocación a la frustración. Es importante aclarar, que la fidelidad no se limita al sexo, y que la sinceridad es la mejor muestra de respeto, donde empieza la igualdad humana. Ambos tenemos necesidades y carencias, pero vamos a jugar al juego de la vida en igualdad de condiciones, somos fieles a nosotros mismos.
12/24/2009
Las caretas de los dioses
12/21/2009
El pintor de Babel
Mujer 1: ¿Sabes la de la planta 3 b? Hace un año que entró, nadie sabe por qué. Aun no ha venido nadie a visitarla en este tiempo.
Mujer 2: Pobre chica…
Mujer 1: Yo creo que esta así por pena.
Mujer 2: Pobre…
Siguieron hablando de temas del corazón, y el, se quedo pensando…
Las 2 mujeres acabaron bajando en una estación, y el, instintivamente las siguió. Entraron en un hospital, y el, descolocado, fue a la tercera planta, a recepción.
Pintor: Buenos días, quisiera saber el informe de la paciente de la b.
Recepcionista hojeando informes: ¿Es usted un familiar?
Pintor: Es mi futura esposa, nos íbamos a casar a mi regreso de un largo viaje.
Recepcionista: Vaya… lo siento mucho… Es mejor que hable con el doctor.
Pintor: ¿Dónde puedo encontrarle?
Recepcionista: Esta almorzando, estoy segura de que le atenderá igualmente. Baje a la cafetería, es el único doctor con barba.
Se fue a ver el doctor.
Pintor: Disculpe, me han dicho que usted podría informarme sobre la paciente 3 b.
Doctor: Mmmmmm… ¿Es usted un familiar?
Pintor: Íbamos a casarnos…
Doctor: Lo siento, tengo que darle malas noticias, le invito a una tila.
Pintor: Gracias doctor.
Doctor: Hace aproximadamente un año, un lunes, a las 9 de la mañana, su mujer fue a trabajar a la oficina. Se sentó en su silla, encendió el ordenador, cumplió sus 4 horas de mañana, apagó el monitor, y…
Pintor tomándose la tila: ¿Y?
Doctor: Se desmayó, desde entonces está en coma. Pensábamos que no tenia familia ni amigos, nadie la conocía apenas, hasta su llegada.
Pintor:…
Doctor: Lo sé, todo tiene sentido, y un día… el mundo se rompe, cambia las normas.
Pintor:…
Doctor: Me hice médico para delegar mi fragilidad a algo que parece engañar a la muerte, pero acabé descubriendo que somos tan o más vulnerables como cualquier otro ser del planeta.
Pintor:…
Doctor: No le voy a engañar, las posibilidades de que despierte son mínimas cuando ha transcurrido tanto tiempo.
Pintor:…
Doctor: Suba en media hora, mandaré poner una cama por si quiere quedarse a su lado, ojala pueda hacer más por ustedes…
Pintor:…
El doctor se fue y el pintor acabó lentamente su tila. Al rato subió a la tercera planta. Abrió la habitación b. En ella había una joven muchacha de unos 25 años, morena con el pelo largo. Reposaba dentro de una cama, como dormida, la luz reflejada en la tela blanca le hacía sugerir virginal. A él le pareció un ángel, como si jamás hubiera visto a una mujer, y ahora viese a todas las que vio en su vida, concentradas en una sola. Pensó en que ojala hubiera sido su prometida, se acababa de enamorar de una desconocida en coma.
Se estiró en la cama y le cogió la mano.
Pintor: No puedes verme, te debes sentir muy sola aquí. Llevas un año sin que te vengan a ver. Te han metido en una habitación, y acabo de enterarme. No nos conocemos, pero no te voy a dejar sola. Soy pintor, y mi vida también está en coma, no tengo adonde ir ni que comer. Nos haremos compañía y ambos cuidaremos del otro, cada uno a su manera…
Siguió hablándole toda la mañana, hasta que por la puerta apareció una enfermera con una bandeja.
Enfermera: Como es usted tan cariñoso con su mujer, le he pedido a la cocinera que le preparé algo, así no tienen que separarse.
Pintor: Gracias.
Cuando la enfermera se retiró, el pintor hambriento, se lanzó a comer.
Pintor: Me han traído algo de comida, seguro que te gustaría recordar lo que es comer… De primero hay ensalada, las lechugas se reblandecen cuándo se aliñan, su textura es la de una bolsa de plástico blanda, al morderlas el agua de su interior baja suavemente por las encías. También hay trozos de cebolla, la cebolla es ligeramente acida y huele a lágrimas. El tomate es húmedo e hinchado, como unos labios carnosos… ¡es una ensalada!
Pintor sonriendo: De segundo tenemos carne estofada, con patatas y guisantes de guarnición, bañado en salsa. La carne es gomosa, se deshace como mantequilla en una sartén, Al masticar el conjunto, todo adquiere una dureza y textura similar, y el sabor se mezcla en una pasta jugosa que recuerda a los sabores de la infancia, cuando todo es reblandecido y sabe a hogar.
Pintor melancólico: De postre tenemos un yogurt de limón, me apena que estés tan cerca de él, y a la vez tan lejos… El yogurt suele escurrir un poco de agua, es un poco acido y huele a ralladuras de piel de limón. Su textura es la de un puré semilíquido, ligeramente frio. Cuando un bebe toma su biberón, suele caerle un hilo de leche bajando como una vena, al cabo de una hora huele grumoso, huele a yogurt.
Cada 3 horas venían a cambiar su posición para evitar yagas, cada muchas más, un fisioterapeuta entraba a mover sus músculos para evitar que se atrofiasen. Un par de veces al día limpiaban sus deposiciones, y cada semana limpiaban su piel con una toalla húmeda. Al pintor le dolía el pensamiento al ver a esa persona reducida a un objeto, con el tiempo aprendió a hacer esas tareas, minimizar los tiempos, y humanizar un poco algo mas sólido que un corazón latiendo solo. Le gustaba peinarla, arreglar sus uñas, limpiar sus legañas, hidratar su joven piel, cuidar de ella.
No necesitaba salir de esa habitación, la comida venia sola, disponía de una ducha, una cama, y de alguien que respiraba como él, para que necesitar más… El hospital disponía de biblioteca, y solía leer en voz alta para los 2. Los palabras con léxico complicado, las buscaba en el diccionario, para juntos entender lo leído, y si una frase era complicada de comprender, la repetía lentamente.
Su única ropa eran los pijamas del hospital, sus posesiones se reducían a un jersey, unos pantalones, un par de zapatos, pintura y un único lienzo. Se pasó días enteros mirándola y estudiándola, hasta que se decidió a pintarla. Cada pincelada era una caricia, cada color una emoción. Miles de caricias y algunos colores, los que tenía y aprendió a combinar, formaban el rostro de esa muchacha, una cara que amablemente susurraba…: Despiértame…
Ese cuadro tenía más sangre y sentimiento que muchas vidas, era su mejor trabajo, justamente, porque nunca lo fue…
Lo colgó en el centro de la habitación, y cada vez que alguien venia, se quedaba fijamente mirándolo. La primera vez que una enfermera lo vio, se le cayó al suelo la bandeja de comida, llegó a sentir como el rostro exhalaba a su mismo ritmo, a sentirse acompañada detrás de sus párpados, a no estar sola.
Con los días, el cuadro se hizo conocido por todos los trabajadores del hospital, y con las semanas por los mismos pacientes. Lo fotografiaron para no tener que entrar todos, pero no se conseguía llegar a parecerse la experiencia. Al final, el pintor donó el cuadro al hospital para no romper más, la rutina de la joven con visitantes curiosos. Con los meses un rico coleccionista ofreció una cuantiosa suma de dinero para modernizar el hospital, a cambio del cuadro. El pintor sonrió y aceptó el trato, siempre que le dieran una nueva tela y pinturas. Con el tiempo hizo más retratos de su musa dormida. Los cuadros eran cotizados, el trato siempre era el mismo, dinero para mejoras en el hospital, y una tela y pinturas. Con el tiempo, llegó a ser el hospital mas equipado del país, y con los años, el del mundo. En honor a su benefactor, el hospital se especializado en el coma, y en conseguir devolver a los comatosos al mundo de los menos dormidos.
El seguía con sus mismas posesiones y actividades, envejecieron juntos 19 años.
Con la ayuda de la ciencia y la conciencia, un lunes, a las 9 de la mañana, la chica despertó. Se levanto, y llamó a la enfermera sin querer. Esta acudió al timbre que hacía 20 años no sonaba, y casi sufre un infarto. Soltó un grito que parecía tener uñas, despertó a todo el hospital. El pintor se alzó, y quedó petrificado al ver a la no tan joven despierta. Acudió el doctor con barba rápidamente hacia los orígenes del grito.
Doctor: !¿Que sucede?!
Enfermera: Doc…doctor, ha despertado…
Doctor: ! Coñooooooooooooooooooooooooo!
Muchacha: ¿Qué pasa aquí? ¡Soy vieja!
Pintor: …
Doctor: Acaba de salir de un coma. ¡Llevaba 20 años así!
Muchacha: Imposible, estoy en la oficina, y ahora iba a irme a casa.
Pintor:…
Doctor: Usted cayó en coma, lleva 20 años en esta habitación. Su novio lleva 20 años cuidándola, el se lo confirmará.
Pintor con ojos de plato: ….
Muchacha: ¿Mi que…? ¡No conozco a este hombre de nada!
Pintor pequeño, pequeñito, minúsculo…: …
Doctor: Es obvio lo que sucede aquí, usted sufre una clara amnesia de determinados recuerdos, no poseemos apenas experiencia en una regresión de este tipo, tal vez recupere sus recuerdos, o los haya perdido para siempre.
La chica fue calmándose y aceptando la situación, una mañana le dieron el alta, y fueron a la polvorienta casa de ella a vivir:
Muchacha: Todo esto es muy extraño, juraría no haberte visto antes en toda mi vida, solo recuerdo que siempre estuve sola, y que solo quería dormirme y no despertar.
Pintor tocándose levemente la nariz: …
Muchacha: No tiene sentido que estés 20 años de tu vida, si no fuera importante para ti. Tendremos que empezar de nuevo.
Pintor: …
La muchacha le besó y empezó de nuevo con su vida. El tiempo pasó, con rachas buenas y malas, como las de una pareja que se ama.
Al cabo de 20 años, los 2 estaban en la cama, ella se ponía cremas, y el hojeaba un libro.
Pintor: Amor, tengo algo que confesarte.
Muchacha: Conejito, si estuviste con otra mujer cuando estuve en coma, quiero que sepas que lo entiendo, mi futuro era incierto, y es normal que desearás estar con otras.
Pintor: No, no es eso, no salí de esa habitación en 19 años.
Muchacha: ¿Qué quieres contarme conejito?
Pintor: Verás amor, es importante para mí, que sepas que en realidad te conocí en coma, me enamoré de tu silencio, y ambos nos cuidamos desde entonces…
Muchacha: Verás conejito, es importante para mí, que sepas que en realidad he ido recordando miles de libros y sabores. Cientos de cuadros, como si viviera por todo el mundo un trocito de mi. He sentido cien mil caricias recorrer mi cuerpo. Nunca me creí haberme enamorado de ti, pero ahora no me cabe duda.
12/18/2009
Desaprender la exsistencia
Yo soy tu, y lo que ambos sentimos.
12/13/2009
¿La duda tiene alma?
Tal vez si existan dioses, nosotros lo somos para un escarabajo.
12/09/2009
Conciencia
La chica de la silla de ruedas
12/07/2009
Cosas que pasan
Parece ser que me lo han devuelto, son cosas que también pasan...