4/23/2010

Vacios

De niño me creí que la mujer, siempre necesitaba un equilibrio, y sin eso el amor no tenia sentido, para ser querido por una, tenias que tener un “futuro”. No es que viniese alguien a explicármelo, si no que era la interpretación que aparentemente me rodeaba. Mi madre, comparaba cruelmente la economía familiar con la de sus amistades y vecinos, y en el bar, las putas vendían su cuerpo por dinero. Todo apuntaba a que la falta de capital, debía tener consecuencias desastrosas. Al otro lado, se hallaban los hombres, divididos en los triunfadores, y los fracasados. Los triunfadores eran los que se ganaban bien la vida, sin importar su oficio. El abogado vecino de mi abuela, los fontaneros, los banqueros, alguna tienda del barrio, y los vecinos del 4º, los Vilatria. La definición que usaba mi abuela, era inconscientemente perfecta, “ganarse la vida”, como pensando que los demás no se habían ganado el derecho a vivir. En el lado de los fracasados, estaban los bohemios, los que cambiaban a menudo de trabajo, y los borrachos del bar. Es desconcertante, ganarse la vida, yo pensaba que ya nací con una, pero alguien creía que no. La verdad, es que ese abogado vivía con su madre (amargado creo), los fontaneros suelen ser unos impresentables (he sido uno), los banqueros trabajan para terroristas económicos, las tiendas de barrio ponían muchas y muchas horas de su tiempo, en conseguir dinero ajeno, y los famosos Vilatria, harían vomitar de asco a un buitre.
Que yo sepa, esos triunfadores eran en cierta manera, parásitos de otras vidas, aunque yo también lo soy en parte en la actualidad. Creo que el problema de “triunfadores” y “fracasados” no es ganarse la vida, si no, aceptarla. El sultán de Brunei, es por ejemplo, uno de los hombres mas ricos del planeta, y a pesar de esa enorme responsabilidad, necesita poseer un garaje con mas de 5.000 coches distintos, con muchos fabricados a su gusto exclusivo. “Ganarse” la vida, parece ser una cuestión de sangre fría y suerte, suerte de nacer en el lugar y momentos adecuados, pero a pesar de ello, nacemos con algo mas, una vida, y un vacío. Por eso creo que todos lo llegamos a sentir, a pesar de ser temporalmente felices, y no teniendo motivos racionales para dejar de serlo, y “triunfadores” y “fracasados”, se unen para ser “desgraciados”. No creo haber visto a mi madre, feliz durante una semana seguida, mi abuela, aunque risueña y cariñosa, tenia mucho odio en sus venas, mi padre, se ha amargado la mitad de sus pensamientos por sus creencias, las putas seguro que fueron muy infelices en muchos servicios, siendo poco menos que violadas física e intelectualmente, los borrachos, sacrificaron salud a cambio de inconsciencia. El abogado, quizás defendió muchos hombres que creía culpables, los banqueros ayudaron a engañar a muchas familias firmando hipotecas, los Vilatria vivieron vidas de apariencia, sin tener en cuenta su apariencia real, y los fontaneros... fueron los mas afortunados al hacer lo que les saliera de los cojones, aunque fuera inconscientemente. Pero, ¿Es ese vacío el verdadero mal? No es un mal, en realidad es una forma de verlo, puedo pisar una hormiga y no me sentiré mal, o puedo rebentarle la cabeza a un humano, y sentirme mal por muchos años. Realmente soy el que tiene la última palabra en mis actos. El vacio tiene un sentido práctico, pues si los animales no nos sintiéramos incompletos, hace tiempo que nos hubiéramos extinguido. Es necesario para la reproducción, la diversidad genética, la defensa propia y de comunidad, la acumulación para la necesidad, y en definitiva, para la auto mejora de posibilidad de supervivencia del ADN con mas opciones de posponerse. Todo ese sistema, tiene un sentido, pues esa combinación ha ido desarrollándose porque es auto suficiente. No es que haya una finalidad para todo este proceso, es que el proceso lleva a la propia evolución, las características de la vida, llevan a mas vida, porque esa es su programación, no para llegar a un fin. Seguramente, si abandonásemos el planeta, y dejáramos un robot con suficiente capacidad intelectual para clonarse, a cargo de cuidar una planta, al cabo de mucho tiempo, el planeta entero estaría habitado por descendientes de ese robot, mas complejos y adaptados, y por una casi total vegetación, siendo los medios, los justificantes del fin, a largo plazo.
Pero llegados a este punto, como ser aparentemente individual, conociendo los medios que me han traído hasta aquí, aceptándolos, puedo ver que el miedo y vacío son parte de la maquinaria que desemboca al racionalismo, y que ya no hace falta querer hembras fértiles, follarme a muchas, defenderme de enemigos que ni conozco, defender a gente que tampoco conozco, o acumular para el futuro, porque este es incierto y caprichoso, me da igual colaborar en la mejora de la especie, si eso hace que los propios medios genéticos se auto saboteen por incompatibilidad de intereses. Vida solo hay una, y es la tuya, puedes compartirla, pero solo tu puedes vivirla.