10/27/2009

Supervivencia elegante

Nunca se me dio demasiado bien poner las cartas sobre la mesa, a decir verdad, a casi nadie se le da. Nos encriptamos y complicamos, nos maquillamos y ofrecemos versiones incompletas de nuestros yoes, un resultado elegante y estético. Y la verdad es sencilla, esta abominación de la naturaleza soy yo, pero es una deformidad de elegancia social, pues la naturaleza pone, propone, y pospone para su coctel de combinaciones, y es que a ella le interesa sumamente la diversidad, pues necesita una selección natural para sobrevivir. En algún momento la ingeniería natural y selectiva concluyo en complicadísimas combinaciones de carácter poco predecible. Sentimientos que van aparte de la razón y razonamientos emotivos. No sé porque llevo años intentando conocerla, a mi pareja perfecta, y creo reconocerla en otras mentes, y acabo viendo su imperfección, es cuestión de tiempo. Si hay más gente que lo vive como yo, estamos todos buscando y sufriendo “decepciones”. Creo que voy a poner las cartas sobre la mesa, ser valiente y admitir que la insatisfacción procede del “fracaso” personal, de no aceptar lo que es. Y es que las vidas son pobres por defecto, admitir que somos simples hormigas en el patio de recreo de niños egocéntricos y epicéntricos. Y como hormiga, mis esfuerzos son granitos de arena en una dimensión insondable. Basta ya de perder el tiempo conociendo mujeres, mi naturaleza sexual agresiva, no va a saciarse en la entropía, pero si puede encontrar el orden bajo el vestido de una prostituta. Basta de preocuparme de si la gente está bien, pues ellos son los únicos que elijen su camino, y el consuelo es la sangre de los cobardes. Basta de querer recuperar la perfección en mi cuerpo, la muerte vendrá, me follara y me fulminará, antes o luego; este es mi cuerpo, deforme en elegancia, y conforme en la existencia, lo trataré bien, pero no me identificaré con él. Yo soy la savia que necesita este cuerpo para sobrevivir, y como tal, ningún cuerpo o acción fuera de mis límites transciende a mí, yo refino la mentira, la creación y sensación, para obtener una interpretación. Yo soy hormiga, arena, patio y niño; encerrados en nosotros mismos, maniobras de escapismo, hasta la muerte, o hasta la conciencia…

2 Comments:

Anonymous marina said...

Nunca me he sientido tan culpable leyendo uno de tus escritos, lo siento, es lo único que puedo decir.

Un beso enorme:)

8:20 p. m., octubre 27, 2009  
Anonymous Anónimo said...

Este texto remueve mil cosas en mi interior... mil recuerdos, sentimientos y sensaciones... y el resultado es hacerme sentir culpable de algo que, al fin y al cabo escapa de mi control: Ser yo misma. Ser como soy y no como habrías querido que fuera. Y aunque sé que es una tontería y una sin razón (no debería pedir perdón por algo que no es mi culpa. Al menos no del todo en realidad), ahora mismo siento que tengo que hacerlo: Lo siento. Siento no ser perfecta. Y, aunque visto lo visto y leído lo leído era inevitable, perdón por terminar sumandome a la lista de decepciones.

Arañita

Arañita

1:46 p. m., enero 08, 2018  

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