Sexo Alfa
Hoy en día, aún podemos oír historias de perros a los que su amo murió, y estos, acabaron falleciendo de tristeza. No comían, no se movían, no tenían ilusión. Para estos, su líder, su “progenitor”, su razón de ser, acabo. Este comportamiento es mayor en entes de mayor vejez y más “vida” compartida. El caso, nos es más cercano, cuando un/una anciano/a deja de respirar. Su pareja en vida, a veces no quiere o no sabe reaccionar, y la vida del que sigue en pie, cae a las pocas semanas o meses. Dichos sujetos, tanto amos como parejas, parecen ser el sexo alfa de los aun vivos, una unión mas allá de lo sexual y territorial, un vinculo existencial. Lejos de ser una fantasía de amor, la capacidad innata de “morir de tristeza” no existe o no llega a crearse en la mayoría de individuos, aunque si es verdad, que se crea un efecto opuesto al de un placebo, y el cuerpo, deja de funcionar a un rendimiento razonable, sucumbiendo sus defensas a las inclemencias externas. Tal vez, sea esa realmente la “capacidad de autodestrucción”, una falta de resistencia del cuerpo por la auto lucha por la supervivencia.
En la naturaleza, se encuentra el caso del jabalí. Cuando este envejece, se torna solitario y deja la manada. A veces se dejan acompañar por un jabalí joven e inexperto, el cual se denomina “escudero”. El joven jabalí, es fiel a su compañero, y siempre va un paso por delante del veterano, exponiendo su vida antes que la de su “maestro”. Intentemos entender el pensamiento de un animal, que toma preferencia a una manada. Este debe abandonarla para no entorpecerla. Y a pesar de ello, sacrifica la vida de un miembro que puede hacer más bien a una comunidad de lo que lo hace el con su elegida soledad. Seguramente, son las ganas de vivir las que dan al instinto prioridad para vivir. Nos encontramos casos no humanos, en los que la individualidad del ser es más importante, y nos topamos a la vez, como algo tan pequeño como una pareja, (expresión mínima de la pluralidad, y expresión máxima de la singularidad), rompe el pacto de vida. La única diferencia posible, es la objetividad de experiencias, tan simple como… Si tú crees que tu vida merece ser vivida, es que lo merece realmente.
En la naturaleza, se encuentra el caso del jabalí. Cuando este envejece, se torna solitario y deja la manada. A veces se dejan acompañar por un jabalí joven e inexperto, el cual se denomina “escudero”. El joven jabalí, es fiel a su compañero, y siempre va un paso por delante del veterano, exponiendo su vida antes que la de su “maestro”. Intentemos entender el pensamiento de un animal, que toma preferencia a una manada. Este debe abandonarla para no entorpecerla. Y a pesar de ello, sacrifica la vida de un miembro que puede hacer más bien a una comunidad de lo que lo hace el con su elegida soledad. Seguramente, son las ganas de vivir las que dan al instinto prioridad para vivir. Nos encontramos casos no humanos, en los que la individualidad del ser es más importante, y nos topamos a la vez, como algo tan pequeño como una pareja, (expresión mínima de la pluralidad, y expresión máxima de la singularidad), rompe el pacto de vida. La única diferencia posible, es la objetividad de experiencias, tan simple como… Si tú crees que tu vida merece ser vivida, es que lo merece realmente.
1 Comments:
No puedo añadir mas, lo dices todo con tu última frase...
Si tú crees que tu vida merece ser vivida, es que lo merece realmente.
Besos :)
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