La esencia del Yo 5 años después
Alguien me hizo
recordar uno de mis textos, en él hablaba del Yo, de lo corta que es la
existencia de este, de sus mezclas, y pureza. Ese texto lo escribí el 11 de
junio del 2009, en una madrugada, como muchos de mis textos. Me doy cuenta, que
ese día fue mi cumpleaños, y esa noche, fui bendecido con la inspiración. No es
que escriba otra persona mis textos, pero en cierta manera somos como mínimo
dos. Desde niño ya destacaba en mí una capacidad innata para sentir ciertas
percepciones y conceptos, como un ADN mental de ideas no definidas. Son cosas
que se, pero necesito trabajarlas para darles un sentido, y una vez meditadas,
escritas y publicadas, son admitidas. Después de 5 años, leo ese texto y
percibo que es bastante bueno, y bastante acertado, sin embargo, aunque en él
hay toneladas de confianza en uno mismo. Antes tal vez, confiaba más en mis
razonamientos, porque tenía menos experiencia. Así es, cuanto menos sabemos más
confiamos en algo, y cuando más profundizamos, más ignorancia e incompetencia
encontramos en el horizonte de respuestas. Antes, confiaba mucho en mi
percepción de que estábamos divididos en 3 partes, cuerpo, mente y
subconsciente, pero gracias a mis experiencias con ciertas substancias y
meditaciones, he conseguido sentir y escuchar a la mente, desde otro plano de
existencia, y no me refiero a lugares remotos. Mi lugar de percepción real,
parece ser detrás de los ojos, aunque en realidad depende del momento, pues
puedo ser, detrás de las manos, en mi nariz, mi boca… resumiendo, existir, es
sentir y pensar aparentemente, pero con estados alterados de conciencia, la
cosa cambia, y te puedes situar, más atrás de ti, siendo una persona, que ve y
siente a través de otro. Así, puedes oírte pensar, sentir tu cuerpo en la
distancia, reclamando sus necesidades, o descartando lo que le hace sentir incómodo.
Incluso, puedes oír el eco de tu subconsciente, que parece actuar egoístamente,
como si de otro ser se tratase. Y quien soy yo cuando estoy en tercera persona?
Soy un pequeño destello noble, que apenas se me escucha y oye, que tiene poco
autocontrol sobre el resto. Mi conclusión seria, que soy un domador, rodeado de
una bestia salvaje (cuerpo), un hombre (mente), y un depredador egoísta
(subconsciente), los 3 están encerrados en el cuerpo de esta bestia salvaje. Yo
soy los 3 a la vez, con los recuerdos de esta parte noble innata desde
nacimiento, y si, podría decir, que eso es mi alma, mi alma a la que todos
quieren imponerse. Hablar del alma como algo “científico” puede parecer algo
contradictorio, pues impone un salto al vacío hacia lo desconocido, pero es un
camino que elijo por voluntad propia, cuando desde niño en la escuela, nos
imponen la lógica, que es otro paso al vacío que lleva a otro y a otro,
acabándonos llevando hacia el vacío absoluto. Pero algo tan básico como 1 más 1
puede hacerte dudar, porque si dos cosas no pueden estar en el mismo lugar,
porque se pueden sumar? (aparte de que no existen cosas iguales, a lo sumo,
parecidas). Basamos nuestro universo en conceptos humanos, humanizamos a este y
a dios dándoles principios y finales, exactamente cómo hacemos con nuestras
vidas de carne. Nos atrevemos a dictaminar y dar como ciertos, conceptos que
serían como pedirle a un perro, que defina que es un dios para él. Ser uno
mismo, o sea ser un Yo puro, es el contrario de tener que decir constantemente
“a mí me gusta”, “yo soy”, “yo quiero”, “yo tengo”, “no puedo”, “debo”, y
derivados, el Yo no vive en el pasado, futuro o forma, el Yo es el momento
eterno, que evoluciona sin limitaciones, o se estanca y se limita. Mi Yo real,
ni se apega ni se dictamina, mi Yo, no conoce límites, pues siempre vivirá para
sumar en cada momento de su eternidad, al igual que el tuyo.
http://kevedo.blogspot.com.es/2009/11/la-esencia-del-yo.html
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