8/24/2006

Pilar





A años luz de la nuestra, en otra esfera de agua, empezó la vida cómplice, los primeros atisbos de inteligencia y estabilidad. Clavada en la tierra, permanecía una columna de aspecto metálico y liso, los primeros seres la ignoraron, formaba parte del paisaje rocoso. El tiempo discurrió, y la columna pasó a ser una referencia en el camino, pero no tardo mucho en volver a llamar la atención de las mentes inquietas, que reconocieron la imposibilidad de reproducción, y la magnificencia de algo capaz de morder el cielo. Era inamovible a cualquier músculo, incluso mas, a cualquier animal o palanca.


Dicen que la religión nació allí, presa del acontecimiento inexplicable, que se justifico como el camino de los Dioses, el cielo de día, el universo de noche, allí donde la creación tramaba vida. Los seres quisieron pues, acercarse a sus creadores, y elaboraron complicadas estructuras a las que llamaron edificios, aun así no bastaba para ver el final, o el principio. Y así se perfeccionaron las técnicas y materiales, aun así la evolución tampoco dio respuestas. La empresa se detuvo, y aparecieron profetas, unos predicando que los Dioses no aceptarían que los seres osasen atreverse a desafiarlos, y otros alentando a seguir, la columna era el camino a la ascensión. En ambos casos, los intereses y sentimientos, influían al pensamiento.

Tiempo mas tarde, los seres ansiosos de conocer y conquistar, se lanzaron a navegar los mares, y fue entonces, cuando alguien diviso un horizonte vertical, era otra columna, que se clavaba en las aguas del planeta. Se hicieron complejos cálculos y mediciones, y lo que se presentía se confirmo, a pesar que los numerosos grupos religiosos intentaron interpretar, y nació una gran incertidumbre en la mitad del globo, y en la otra la Fe. La columna atravesaba la circunferencia de extremo a extremo, ¿ qué Dios haría eso ?

Las sociedades fueron fragmentándose a facciones de pensadores y autómatas. Hubo importantes cambios y grandes guerras, por motivos muy ajenos a la columna, aun así, habían sucedido mas historias y vivencias en dos metros cuadrados de tierra, que en cualquier ciudad.

Los seres atravesaron la atmósfera, y conocieron entonces los limites de la columna, y lo pequeñas que eran sus vidas y certidumbres. La columna atravesaba mas que un planeta, en esa época los seres podían comunicarse unos con otros, desde cualquier parte con su tecnología, pero aun así, se sentían solos unos con otros, la columna atravesaba mucho mas que el planeta, atravesaba de principio a fin sus corazones, y gargantas, se habrían gritado unos a otros, pero no podían, la columna atravesaba sus gargantas. Con el tiempo la vida se fue deshaciendo la una de la otra, y quedo la élite, la que pudo abandonar la jaula de tierra para sumirse a una de metal.

Su estrella consumió sus recursos, y ardió con mas fuerza que nunca, duro un parpadeo de fuego, eficaz y sublime, solo quedaron unos pocos supervivientes, y una inmensa columna metálica y lisa flotando en el espacio. Miles de años mas tarde, esos seres, clavaron una columna en un mundo, y crearon la vida, nosotros crecimos con ella, ¿ porque cambiarlo ?. El tiempo, nunca fue infiel...


Tercera época, dedicado a mi musa Sarita

8/14/2006

Deseaba Alcoholizarla


Deseaba alcoholizarla... estaba tan prieta entre la gente,
parecía que rebosase ese fino vello que componen los
melocotones en su primera capa; y yo, con unacuchilla virgen
entre los dientes, tanteara entre su vientre, desprendiéndole
de esa ligera carga, y haciendo algún tajo rojo, supuestamente
accidental para dejarle las cosas claras como el nombre que
indica que son.
Claro está, que eso es una forma de hablar, metafóricamente de
mis crudas intenciones. Llevaba acumuladas muchas sesiones de
sexo protagonizadas por mis propias manos, estaba claro que
buscaba a una actriz secundaria, que cumpliese bien o no su
papel e interviniese en la salpicadura del final de los eventos.
Entre el zoológico de sonidos, la canción que sonaba perdió fuerza,
y se oía, lejano, distante, ínfimo, el albor de otra composición,
está vez, mas estratégica, trabajada y sentida.
Era sin duda, la pausa que deseaba cada noche.
Miré en los recodos altos, donde la expresión se canaliza mejor, y los trozos de
carne vestidos, no dificultan la tarea.
Subí en un salto seco, y allí estaban todas las cabezas, la de ella incluida,
con pequeños destellos de cristales rotos, y vasos que contenían remedios de euforia
para atajar estados de ánimo. Mi cuerpo se erigió, y esperó a que la música se
purificase en un sonido cadente, allí estaba el viento, allí le seguían cortas
combinaciones de sonidos, formando una escena de delirio, acumulándose la tensión,
en un ritmo firme, hasta llegar a pararse en la percusión, dándole el relevo, de la
boca del aire al estruendo, y la saliva, manteniéndolos unidos. Mi cuerpo era esa
sensación, y se compenetraba con complicidad, intuyendo cada estrofa, esa uniformidad
que solo da el haber mantenido relaciones constantes con ese factor, la evolución,
del hombre y su afinidad para transformar miles de hilos, que juntos componen una
cuerda espinosa, que no todos se atreven a desangrar entre sus dedos.
La melodía concurrió, y mi deseado sino se reunía con el ansia, con el epicentro
en ella, me acerqué mas; pelo liso terminado en los hombros, cara de niña, ojos
tristes, y la actitud que abarca a los que en su mayoría, han estado durmiendo
durante siglos, y desean ser despertados. En mis adentros pensé que sufría el
síndrome del Tordo, pecho pequeño y culo gordo, e imagine sus tetitas simplificadas
a un pezón, aureola, y dos o tres curvas que diferencian su pecho del mío. Más abajo,
en su opuesto, un culo flácido, de los temblorosos, que al ser rotados en diferentes
posturas, muestran sus imperfecciones, achatándose de manera poco polivalente, y
estriándose cuando se sienten presionados, y les separas los mofletes, y ves 4
sinónimos de pelo mal sembrado, recubriendo una estrella de mil vértices en espiral.
Sin duda, era la candidata perfecta a las elecciones de la condena de mis deseos.
Una zorra que intentaba combinar su manera de vestir con rasgos de personalidades
comunes entre el amasijo de gente, y con un cuerpo desproporcionado, mal agrupado,
desordenado, con cientos de ideas venidas de serie en su fabricación, dispuestas a
ser manchadas por alguien fácilmente definible como un Cerdo.
 
-Divide tu cuerpo en partes y llama a las cosas por su nombre, que sepas en cada
momento qué quieres o que estás dando. No hay que vivir en un caos a lo que todo
bonito llaman amor o cariño. Utiliza las palabras con la finalidad con la que se
crearon. Hay miles de significados que no utilizamos y globalizamos en otros. Ven
a la barra conmigo, tomaremos algo.
-Eeeeh…
Separé mi boca del lóbulo de su oreja, y le cogí la mano, mientras la dirigía como
una vaca al matadero, manejando las bridas hacia el amontonamiento de botellas más
cercano. Los diálogos adyacentes, y posteriores son irrelevantes, lo único que
importaba era la entonación, la velocidad, fuerza o carencia de voz, y recordar las
tonterías que resumían su vida. Estudiante, diecinueve años, “me considero amiga de
mis amigos”, soy cariñosa y una gata mala cuando me lo propongo. Eso, y la mezcla de
tres vodkas con lima, la acorralaron a mi coche, y de ahí, a una casa abandonada
donde yo alojaba durante algunas horas visitas oportunas de vez en cuando. Se hallaba
en un estado convulsivo, arrastrándose apoyada en mi hombro, hasta que finalmente la
dejé caer encima de un colchón. Lo recubría un fuerte olor a orín y un collage de
manchas de todo tipo y colores.
Le bajé los pantalones, eran de licra, cubrían un tanga blanco, que a la vez lo
abrigaban las cachas del culo. Le puse un cojín en el pubis, para que le quedaran
las nalgas en pompa. Encendí velas alrededor y le abrí las dos porciones carnosas y
redondeadas que constituían su trasero; era un espectáculo jodidamente espectacular,
sus glúteos abiertos cerca de mi cara, mientras que la suya babeaba bilis mojando la
tela. Derramé un hilo de saliva caliente por mi boca, encharcando su ano, me dieron
tantas ganas de embadurnarle el recto con mis dedos, que directamente le metí dos
separados cada cual por la fina tira de lencería. En esos momentos, ella empezó a
vomitar, parpadeando en un esfuerzo por ver algo, a lo que yo contesté arrancándole
ese prototipo de bragas, enhebrando mi verga en su entrepierna. Las sacudidas
arrastraban sus mejillas contra los restos venidos de sus tripas. Verla así, notar
el escozor de su esfínter rindiéndose, sentir su vagina tan seca y retorcida de
vellos negruzcos, sus pechos marginados sin desnudar, y el maquillaje de sus ojos
combinado con la trallada de su vientre… No tuve más opción que masturbarme con su
garganta, hasta restregarle mi glande lechoso en una conexión armónica de flujos.
La noche transcurrió con total anormalidad, al amanecer ella despertó desnuda con
excepción de los calcetines. Tenia una fuerte resaca, le dolía además la boca,
el coño, el culo y cada una de sus ubres. Su paladar sabia a cada lugar donde mi
miembro se la folló, y al alcohol con sendos tropezones de jugos gástricos. Su
canalillo, sostenía condones usados, rebosantes de esperma y meadas, junto a una
nota escrita en un avión de papel.
Sus manos temblorosas la acercaron a sus pupilas llorosas; recitó en voz baja…
 
Vuelvo en cinco minutos.

Tercera época

8/07/2006

Cuentame


Tediosas ojeras se resisten a las sonrrisas que las apoyan, acurrucadas las cabezas y el ronrroneo de dos gatos

desafiando a los tejados, sin tejas sin haber pisado ya, miradas atentas y ojos que se tiñen de color cristal,

allí esperando a promesas, y la cal de los huesos empezando a crecer, y en un muelle el la mira, roja ella, con

el pelo desperdigado como paja esparcida. Sola conmigo, de negro, con las manos frias y los nervios candentes,

donde duermen hoy tus miedos, yo despierto y tu en el regazo, pendiente, dependiente, indigente de ti; cuentame

a oscuras porque sera que esta sangre tan negra que amamanta mis raices tiene tanto color al mezclarse con la

tuya, sera que quizás en algun lugar dos girasoles se puedan mirar el uno al otro...

(Principios tercera época)

8/06/2006

Hojas Humedas




He rascado ya toda la pintura que quedaba , pasan ya libremente las páginas sin apenas ser leidas , los puntos se han cambiado ya por comas , la lluvia ya ceso , y solo queda la que cae por su propio peso de las hojas , el verde aclama ya su cerrar de ojos , el verde ya grita su tolerancia , y que crece en el suelo , si mas no retajos de hierbas carcomidas por el badajo de campanas , que suenan con cada nueva caricia de escalones , con las horas subiendo y bajando , arrepentidas por no abrir la mirada cada vez que los besan , mala educacion dicen , tampoco son correctos los alambres que me envuelven , yo solo penetro en la vista , para recordar que estas allí, para despertar a cada sueño que se crea en la fricción , para no asustarme cuando el viento gruñe , para que estas dudas no me zozobren , para poder escribirte después de cada mañana...

(Final primera época)

8/01/2006

Crisálida


En mi fustrada carrera de escribir algo largo, he escrito pocos poemas, y aún menos relatos, algo mas de cien en total. Sin influir de pensamiento en ello, mi prosa y léxico se han ido transformando, empecé con palabras bonitas unidas de la mano. Hay gente que dice que son los mejores, afortunadamente ya dejé de hablarles.

A los veinte años cambié a un caracter mas transgresor, y las palabras y algunas ideas conformaban el poema, aún así... el factor Aleatorio era demasiado presente. Si es cierto, que al desnudarse delante del papel, al aceptar el reto de volver a escribir, con el gran riesgo de escribir mierda, Uno, y los unos del Yo, gritan palabras que uno mismo entiende mas tarde. Pero lo abstracto, es una via fácil y comercial, lo inintelegible parece inteligente, y las bocas no se atreven a corregirlo. Siempre preferí una mala crítica al temor de no preguntar.

Creo saber ahora, que complicar las ideas, y usar palabras roncas como amor, nunca, siempre, libertad, magia o fantasia... solo dan pie a la libre interpretación y al auto-asesinato del autor. La libertad, existe en pequeñas dosis y en mundos personales, tanto en el papel como en la realidad. La rima y los juegos de palabras, deberian limitarse a la ironia de la repetición.

Si vas a escribir, ve hasta el final, si no ni empieces, el mayor púbico eres tu. Volveras a leerte con el tiempo y cuando te sientas como en casa reviviendo el pasado, te sentiras tan Puta q creeras que fué un sueño.

(Tercera época)