Zombi putón
Y el día del apocalipsis llegó, los ángeles esperaban aburridos. El hambre, la peste, la guerra y la muerte mandaron dar doble ración de alfalfa celestial a sus caballos. Montaron estos, y se dispusieron a hacer travesuras. Siete ángeles negros tocaron un blues con sus trompetas, mientras los 4 jinetes extendían el terror. Cuando se cansaron llamaron al ángel ajenjo, quien llevaba fabricando una pala inmensa desde hacia mil años. Bajo a la tierra con ella, se tomo un “geybull” y se puso a desenterrar todos los cadáveres que la putrefacción no había descompuesto aún. Sacó una polvera de su bolso, y esparció los polvos de la vida en el viento. Los cadáveres retornaron a la vida, el olor era insoportable. “Tropecientosmil” zombis se pusieron en pie, todos gritando al unísono:
Zombis: ¡”Cerebrooooooooooooooooosssssssssssssssssssssshhhhhhhhhhhhh”!
Se abrían oído los gritos desde la luna, pero el sonido no viaja en el espacio, y en la luna no vive nadie.
El ejército de zombis se acercaba con suma lentitud a las ciudades, mientras la gente rezaba y teorizaba.
Cristianos europeos: Debemos sacrificaron y darles nuestros cerebros, es mandato divino.
Cristianos americanos: Debemos volarles las pelotas ¡Dios salve América!
Judíos: Somos el pueblo elegido, no nos pasara nada.
Islamistas: Ala m’ahja baja-te lafaja.
Greenpeace: ¡Salvemos los pingüinos! Son tan monos…
No tenían las cosas muy claras, empezaron a preparar una bomba atómica, por si acaso…
Algunos de los zombis fueron enterrados con sus móviles, estos hacían llamadas obscenas y algunos de los grandes líderes no-muertos se dispusieron a parlamentar, quedaron en una tasca.
Camarera: Buenos días ¿Que querrán los señores?
Zombi de Napoleón: Me pone unas patatitas de la casa, y un cerebro poco hecho.
Representante Espiritual: A mi unas lechuguitas.
Zombi de Hitler: “Phaga mi unosh sesos y un cerebro bieng sanguiento.”
Representante científico: Yo quiero un entrecot con judías.
Zombi de Stalin: “Camaghada, póngame unos dedosh mu tostadiscos y un cerebrgo con chugasco”.
Representante de la SGAE: Póngame un trozo de todo.
Zombi de Michael Jackson: Unas coles de Bruselas, por favor.
Representante político: Un bocata de caviar de Beluga.
Camarera: Muy bien señores, enseguida se lo traigo ¿para beber?
Todos: Whiskey.
La camarera retiro las cartas, los comensales hablaron del tiempo y de futbol, y la comida vino al rato.
R. político: Bien Sres. Zombis, la cuestión esta clara ¿Qué quieren de nosotros?
Z. de Napoleón: Nos conformamos con sus cerebros, tenemos gazuza.
R. espiritual: ¿Les irían bien los cerebros de todos los animales?
R. científico: ¡De eso nada! ¡Sería un desastre ecológico!
R. SGAE: ¡Mas desastre seria no poder vender a nadie!
Z. de Hitler: ¡”Queghemos cerebrosh humanosh”!
Z. de M. J: ¡Y tiernos!
R. político: ¿Alguna cosa más?
Z. de Stalin: “Esgstan siendo egoistash. Ushtedes no usan sush cerebrosh pagha nada”.
R. espiritual con una recortada en la mano: ¡Muere negro pederasta “gayoso”!
Cabeza de zombi de M.J: ¡Pum!
Los otros representantes se unieron a la fiesta y volaron las cabezas de los zombis también.
R. político: Pero que ha hecho hombre de dios ¿No ve que a acabado con las negociaciones?
R. espiritual: Lo siento, si hay algo peor que un zombi, es un zombi con el pelo afro.
Los zombis no se lo tomaron muy bien, y fueron a atacar las ciudades de inmediato. El caos bailaba por las calles, zombis y vivos morían y “remorian” como actores secundarios de películas de romanos. Los últimos supervivientes se refugiaron en supermercados y grandes almacenes. A los dos días la comida basura empezaba a escasear, y la gente entró en pánico. Sitiados, resistían tirando latas en conserva a los zombis más valientes que se atrevían a pasar por las puertas automáticas o a usar las escaleras mecánicas.
Los representantes mundiales, tomaron la decisión de destruir el mundo, y el gran plan de Dios misericordioso, llego a su fin, el Armagedón.
Dedicado a Pam, amante de los zombis y alimañas.
Zombis: ¡”Cerebrooooooooooooooooosssssssssssssssssssssshhhhhhhhhhhhh”!
Se abrían oído los gritos desde la luna, pero el sonido no viaja en el espacio, y en la luna no vive nadie.
El ejército de zombis se acercaba con suma lentitud a las ciudades, mientras la gente rezaba y teorizaba.
Cristianos europeos: Debemos sacrificaron y darles nuestros cerebros, es mandato divino.
Cristianos americanos: Debemos volarles las pelotas ¡Dios salve América!
Judíos: Somos el pueblo elegido, no nos pasara nada.
Islamistas: Ala m’ahja baja-te lafaja.
Greenpeace: ¡Salvemos los pingüinos! Son tan monos…
No tenían las cosas muy claras, empezaron a preparar una bomba atómica, por si acaso…
Algunos de los zombis fueron enterrados con sus móviles, estos hacían llamadas obscenas y algunos de los grandes líderes no-muertos se dispusieron a parlamentar, quedaron en una tasca.
Camarera: Buenos días ¿Que querrán los señores?
Zombi de Napoleón: Me pone unas patatitas de la casa, y un cerebro poco hecho.
Representante Espiritual: A mi unas lechuguitas.
Zombi de Hitler: “Phaga mi unosh sesos y un cerebro bieng sanguiento.”
Representante científico: Yo quiero un entrecot con judías.
Zombi de Stalin: “Camaghada, póngame unos dedosh mu tostadiscos y un cerebrgo con chugasco”.
Representante de la SGAE: Póngame un trozo de todo.
Zombi de Michael Jackson: Unas coles de Bruselas, por favor.
Representante político: Un bocata de caviar de Beluga.
Camarera: Muy bien señores, enseguida se lo traigo ¿para beber?
Todos: Whiskey.
La camarera retiro las cartas, los comensales hablaron del tiempo y de futbol, y la comida vino al rato.
R. político: Bien Sres. Zombis, la cuestión esta clara ¿Qué quieren de nosotros?
Z. de Napoleón: Nos conformamos con sus cerebros, tenemos gazuza.
R. espiritual: ¿Les irían bien los cerebros de todos los animales?
R. científico: ¡De eso nada! ¡Sería un desastre ecológico!
R. SGAE: ¡Mas desastre seria no poder vender a nadie!
Z. de Hitler: ¡”Queghemos cerebrosh humanosh”!
Z. de M. J: ¡Y tiernos!
R. político: ¿Alguna cosa más?
Z. de Stalin: “Esgstan siendo egoistash. Ushtedes no usan sush cerebrosh pagha nada”.
R. espiritual con una recortada en la mano: ¡Muere negro pederasta “gayoso”!
Cabeza de zombi de M.J: ¡Pum!
Los otros representantes se unieron a la fiesta y volaron las cabezas de los zombis también.
R. político: Pero que ha hecho hombre de dios ¿No ve que a acabado con las negociaciones?
R. espiritual: Lo siento, si hay algo peor que un zombi, es un zombi con el pelo afro.
Los zombis no se lo tomaron muy bien, y fueron a atacar las ciudades de inmediato. El caos bailaba por las calles, zombis y vivos morían y “remorian” como actores secundarios de películas de romanos. Los últimos supervivientes se refugiaron en supermercados y grandes almacenes. A los dos días la comida basura empezaba a escasear, y la gente entró en pánico. Sitiados, resistían tirando latas en conserva a los zombis más valientes que se atrevían a pasar por las puertas automáticas o a usar las escaleras mecánicas.
Los representantes mundiales, tomaron la decisión de destruir el mundo, y el gran plan de Dios misericordioso, llego a su fin, el Armagedón.
Dedicado a Pam, amante de los zombis y alimañas.
1 Comments:
Quienes son peor, los zombis o los humanos???, como siempre los menos racionales los humanos.
Un Armagedón la mejor solución, vistas las negociaciones, si.
Un beso desde este rinconcito de León.
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