A que huelen las nubes? a humedad, claro
El: Quien es el responsable?
Ella: Jim Carter.
El: ¿Quieres que le cuente lo que te paso al responsable?
Ella: No.
El¿:No?
Ella: No.
El: porque?
Ella: ¿Porque? porque no quiero, no quiero.
El: ¿Solo a los que estaban? ¿he?
Ella: Si, solo a los que estaban.
El: Son los únicos que la pueden saber. y, ¿que pasa con el responsable ?¿ h e?
Pausa
El: Es una pena que no pueda saber que paso.
Ella: Ya.
El: Entonces, se lo podré contar?
Ella: No.
El: No he? solo a los que estaban
Ella: aja.
Cae la noche y anochece, ella era una camarera de un tugurio, cobraba algunos peniques. Un joven ceno un trozo de pan y queso, la invito a ver el amanecer, hacia tiempo que un hombre no la cortejaba. Como el flautista de Hamelin la llevo al puerto. Era todo oscuro, sin detalles de suciedad, el chico miro la luna llena, la beso. Le mordió la boca, y finalmente el cuello. Ella noto un dolor exquisito. El chico desapareció en las sombras de un salto. Ella se quedo sola, con sus harapos, y su cuello sangrando. Se quedo pensando, serian verdad las leyendas? Se cubrió el
pecho y se fue a dormir. Por la mañana, el cuerpo del joven fue encontrado en el rió flotando, abatido de un disparo certero. Pasó una temporada, un joven esa noche ceno sopa. La invitó a ir a ver la puesta de sol, ella le dijo que esperase a que acabara su turno. Cuando el sol se levantaba despacio del mar, el chico la beso. El bajo y le mordió el cuello, chupándoselo. Ella se estremeció. El chico se fue corriendo entre los matojos. Ella, sola, se volvió a su hostal a dormir. Por la mañana el chico apareció con una estaca clavada en el pecho, entre los jardines. La chica comenzó a dudar. Pasaron unos meses, un chico pidió un bistec esa noche. La invito a
ver como el sol madrugaba, ella se sintió rara, la curiosidad pudo mas. Cuando acabo sus horas, se fue con el. En el silencio el hablo.
Chico: Porque tienes esas marcas en el cuello?
Ella: No lo se.
Chico: No entiendo.
Ella: Dos chicos me mordieron una vez.
Chico: Porque?
Ella: No lo se, cuando los volví a ver estaban muertos.
Chico: curioso, puedo probar tu cuello?
Ella: si lo haces con cuidado si?
El la mordió lentamente, su sangre era salada y caliente.
Ella: Y bien?
Chico: Esta rica, ahora yo moriré?
Ella: No lo se.
El: Puedo dormirme chupando tu pecho?
Ella: Si eso te hace feliz si.
Y así lo hizo, se quedo dormido con su pezón en la boca.
Por la mañana los despertó la multitud, el seguía con su pecho en la boca, solo que... solo que era un niño entre ropas de hombre. Ella lo llevo a casa y lo cuido, le llamo Jim, y le puso su apellido de soltera. Al cabo de varios años, ella fue sola a contemplar la luna llena, apareció un hombre, se pusieron a hablar y ella le contó su historia.
El: Quien es el responsable?
Ella: Jim Carter
....
El: No he? solo a los que estaban
Ella: Aja.
El: Así pues la sangre se transforma en sangre, y un pecho en un niño al que amamantar.
Ella: No lo había pensado, pero si, supongo que si.
El: Entonces el deseo es malo.
Ella: Ni bueno ni malo, es deseo.
El: Puedo acostarme contigo?
Ella: Si me pagas si.
El la desnudo y el se quedo vestido con la bragueta abierta, por la mañana el era un hombre y ella la mujer que siempre fue, aunque no la que imaginaba.
Ella: Jim Carter.
El: ¿Quieres que le cuente lo que te paso al responsable?
Ella: No.
El¿:No?
Ella: No.
El: porque?
Ella: ¿Porque? porque no quiero, no quiero.
El: ¿Solo a los que estaban? ¿he?
Ella: Si, solo a los que estaban.
El: Son los únicos que la pueden saber. y, ¿que pasa con el responsable ?¿ h e?
Pausa
El: Es una pena que no pueda saber que paso.
Ella: Ya.
El: Entonces, se lo podré contar?
Ella: No.
El: No he? solo a los que estaban
Ella: aja.
Cae la noche y anochece, ella era una camarera de un tugurio, cobraba algunos peniques. Un joven ceno un trozo de pan y queso, la invito a ver el amanecer, hacia tiempo que un hombre no la cortejaba. Como el flautista de Hamelin la llevo al puerto. Era todo oscuro, sin detalles de suciedad, el chico miro la luna llena, la beso. Le mordió la boca, y finalmente el cuello. Ella noto un dolor exquisito. El chico desapareció en las sombras de un salto. Ella se quedo sola, con sus harapos, y su cuello sangrando. Se quedo pensando, serian verdad las leyendas? Se cubrió el
pecho y se fue a dormir. Por la mañana, el cuerpo del joven fue encontrado en el rió flotando, abatido de un disparo certero. Pasó una temporada, un joven esa noche ceno sopa. La invitó a ir a ver la puesta de sol, ella le dijo que esperase a que acabara su turno. Cuando el sol se levantaba despacio del mar, el chico la beso. El bajo y le mordió el cuello, chupándoselo. Ella se estremeció. El chico se fue corriendo entre los matojos. Ella, sola, se volvió a su hostal a dormir. Por la mañana el chico apareció con una estaca clavada en el pecho, entre los jardines. La chica comenzó a dudar. Pasaron unos meses, un chico pidió un bistec esa noche. La invito a
ver como el sol madrugaba, ella se sintió rara, la curiosidad pudo mas. Cuando acabo sus horas, se fue con el. En el silencio el hablo.
Chico: Porque tienes esas marcas en el cuello?
Ella: No lo se.
Chico: No entiendo.
Ella: Dos chicos me mordieron una vez.
Chico: Porque?
Ella: No lo se, cuando los volví a ver estaban muertos.
Chico: curioso, puedo probar tu cuello?
Ella: si lo haces con cuidado si?
El la mordió lentamente, su sangre era salada y caliente.
Ella: Y bien?
Chico: Esta rica, ahora yo moriré?
Ella: No lo se.
El: Puedo dormirme chupando tu pecho?
Ella: Si eso te hace feliz si.
Y así lo hizo, se quedo dormido con su pezón en la boca.
Por la mañana los despertó la multitud, el seguía con su pecho en la boca, solo que... solo que era un niño entre ropas de hombre. Ella lo llevo a casa y lo cuido, le llamo Jim, y le puso su apellido de soltera. Al cabo de varios años, ella fue sola a contemplar la luna llena, apareció un hombre, se pusieron a hablar y ella le contó su historia.
El: Quien es el responsable?
Ella: Jim Carter
....
El: No he? solo a los que estaban
Ella: Aja.
El: Así pues la sangre se transforma en sangre, y un pecho en un niño al que amamantar.
Ella: No lo había pensado, pero si, supongo que si.
El: Entonces el deseo es malo.
Ella: Ni bueno ni malo, es deseo.
El: Puedo acostarme contigo?
Ella: Si me pagas si.
El la desnudo y el se quedo vestido con la bragueta abierta, por la mañana el era un hombre y ella la mujer que siempre fue, aunque no la que imaginaba.
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