7/28/2007

Sun

¿Puedo estar vivo habiendo muerto 4 veces? Te quise tanto, me deje morir por no compartirte, a pesar del dolor, nos estallaba lentamente el cuerpo y moríamos de hambre. Fue toda una novela intentar morir. Quería acabar la mía antes, y poder descansar ya, fue como estar 15 días despierto. La cama era una extensión de mí, no me atrevía a mirarme debajo de la sabana por miedo a verme. Yo creo era tristeza, que hacía el aire más denso, una pena irreproducible, mi padre murió, yo me quede tetrapléjico, mi madre se largo con un idiota, mi hermano hacía de dentista en un barco, mis amigos me veían morir. Los comentarios de las enfermeras; -Estúpidos, quieren darle ganas de vivir y lo convertirán en mártir. Sus voces eran las que oía más, ingenuas, creían que era un vegetal. Solo movía los ojos, dentro yacían pensamientos palpitantes, no podían salir, estaba encerrado en una prisión de carne que me mantenía inmóvil. Veía desde dentro como me cambiaban, sondaban, laxaban. Y a pesar de todo el cuerpo resiste, empeñado en que pase el tiempo. En algún momento de la evolución nos separamos carnalmente, y la mente aprendió a poder morir sola, es lo que mas eché de menos, mi derecho a poder morir. Quizás eso es la auténtica alma a la que se atribuyen estupideces, es, sin dudarlo, lo que nos hace humanos, atravesar la barrera de decidir cuando morir. Perdí el alma, su esqueleto estaba sentado al lado de mis ideas, esperando paciente poder levantarse, quería mejorar sólo para tener movimiento suficiente para poder hacerlo, una motivación más que justificada. Hoy veo semana a semana grandes hombres, quieren morir también, quizás se suiciden, no lo sé, no creo que me atreviera a evitárselo, están en su derecho, motivos no faltan. Hoy mi mundo es pequeño, olvidé algo, no necesito la materia, nada servía, ni iba a llevármelo al lecho, nada del mundo excepto las caricias podían ayudarme.