4/09/2016

Domesticados por el ruido



Recuerdo cuando conocí a Montse, me recorría una sensación de fortaleza tan grande, que era hasta insultante. No sentía ni la necesidad de llevar ropa encima, de echo a veces la acompañaba a salir, completamente desnudo, sin miedo a los vecinos, imagino que para ella sería una putada, pero para mi, eso ya no tenía sentido,y hay que tener en cuenta que siempre fui muy cuidadoso con ello, por no estar bien dotado, tal vez rozando la media o algo menos, pero nada de lo que presumir. También he de aclarar, que no puedo regocijarme en esa época, pues habían elementos virtuales que yo tomaba como reales, y eso no era fuerza genuina. Por esa época conocí a un grupo de música llamado "columpio asesino"; no tienen grandes canciones, pero en una de ellas la letra dice: 

tumbado en la cama me miras asustado,
como un corderito a sacrificar.
y eres carne atada sobre una parrilla
esperando nene a que te de la vuelta.
y me quieres engañar pero estás domado.

Precisamente esta mañana fui al notario, con el cual hay ciertos problemas de papeleo, y no se si fue una decisión inteligente mi manera de actuar, pero me encendí, y volví a ese Cristian al que le sudaba la polla lo que el mundo pensase caiga quien caiga, porque estaba abalado por la fuerza interior. La fuerza interior, es algo así como una inercia que nos dan desde que nacemos, esa fuerza va perdiendo potencia, hasta que cuando se para, morimos. A veces, el cuerpo dura mas que esa inercia, y en menos casos, dura mas la mente, pero al igual que un árbol al caer en un bosque, produce un ruido estéril si nadie lo escucha, con el cerebro pasa igual, si no hay algo vivo en una mente, cualquier ruido que haga un cuerpo, es árido para el alma. 
A la noche fuimos a una discoteca, y aunque podría hacer la típica crítica de quinceañero que pretende sorprender con su profundidad a una chica, para bajarle las bragas (me añado al ejemplo), no lo haré, simplemente vi lo que fui, y lo que cristalizado, domado y castrado, contemplé. Antaño, era un puto radar, observaba todo, analizaba, concluía, prejuzgaba; ahora se que eran buenos tiempos, y hoy era incapaz de ver las señales de las mujeres que buscaban sexo (o simplemente estaban abiertas a sugerencias), los moscones, los rezagados, los grupitos de amigas que se auto-protegen para mantenerse fieles, y toda la fauna de la noche en general. Pero también allé un atisbo de esperanza antes de irnos; era un hombre con una mirada familiar, que sin duda reflexionaba con total control, el panorama. Su mirada era inteligente, y se cruzó con la mía, y vi a un vampiro emocional que reconocía a otro, porque yo un día tuve esa mirada de supervisión sujetada por la fuerza interior. Tal vez todo se trate de una paja mental, pero yo soy un tipo raro, un tipo que no quiere morir antes que su cuerpo, y al que le preocupa enormemente eso. Creo que si he llegado hasta aquí, es porque esa fuerza que me empuja y se revuelve, sigue viva, y que me grita a la oreja un "Que mas da! 
Que mas da que sea minusválido, que mas da que a veces se me caiga la baba o los pedos, que mas da que casi nunca me peine, que mas da que a los demás les molesten mis actitudes, que mas da que la mitad de la gente con la que me comunico, deje de prestarme atención cuando soy un poco rebuscado. Las raíces destruyen el asfalto, con sus movimientos casi pasivos, y carecen de ego y prisa; todo eso solo imposibilita cualquier mella en un tiempo mínimamente trascendente. Que mas da todo eso! No, aunque mis demonios busquen la seguridad del momento, la comodidad y estabilidad, no voy a prostituirme por un escudo sentimental o un sofá tapizado de inmortalidad. Todo eso es miedo, simple y puro, miedo a ser uno mismo y dejar la manada. Es hora de ir dejando el ruido de mi exterior y escucharme a mi mismo en silencio, porque si no, nunca llegaré a saber quien soy y quien quiero ser, tu, odiado o querido lector, haz lo que te salga de los huevos u ovarios.