6/22/2015

La tienda de Lolin



Cerca de casa de la abuela, había un montón de tiendas, yo no entendía de eso, solía vestir con chandals que parecían pijamas, que solo se diferenciaban en que los vestía de día. Era un niño muy práctico, eso era lo más cómodo; ¿para que llevar pantalones que picaban o eran duros?, ¿Para qué llevar zapatos rígidos que no permitían correr? Un día me llevaste de tiendas, desconozco si solías ir tu sola, pero ese día yo era tú paquete no empaquetado. Te metiste en varias tiendas, hasta que acabaste en una tienda llamada “la tienda de Lolin”. Estuviste horas allí, tan rápido que elegías mi ropa, y tú pasaste la tarde eligiendo la tuya. Cuando te miraba, solía ver a la mujer más hermosa del mundo, hasta era celoso porque pensaba que papa era muy feo, y veía a los hombres comérsete con los ojos, y temía perderos a los dos. Ese día, me pareciste estúpida. Ahora se, que al igual que yo puedo pasarme horas jugando a un videojuego, las demás personas también tienen aficiones que viven con una intensidad parecida. Creo que toda esa ropa, era para ir a Menorca, a la que fuimos tú y yo. Me llevaste a varias playas cristalinas, e intentamos ahorrar comprando en supermercados, pues una lata de refresco, valía unas 15 veces su precio en un chiringuito. Fue una época divertida, estuve muy unido a ti, y me gusta recordarte así. Nunca fuiste muy lista, pero eras divertida, preciosa y nos queríamos, requisitos de sobras para la mayoría de humanos, y para un niño más aún. Con los años perdiste la magia, te fuiste a vivir a la casa de campo, y para ir a verte teníamos que hacer casi cada día unos 70km, despertarnos pronto, y mucho tiempo en coche. Te engordaste tanto y tan rápido, que a veces tu intestino asomaba por tu ombligo, y pasabas muchas horas en la cama. Entonces nos pedias una bolsa de guisantes congelados, y te la ponías hasta que volvía a meterse. Creo que usamos la misma bolsa durante años, y si desapareció fue porque acabaste haciéndolos en algún plato. En esa época, solo fuiste a peor, a mucho peor. Cocinabas cosas en mal estado, y comernos uno de tus tupers, era arriesgarse a ir de diarrea una semana. De hecho, desconocía que una persona sana hace deposiciones una vez al día. Te he llegado a odiar, odiar mucho, y a tenerte asco. Cuando estaba en coma, y te veía en sueños o estabas cerca, me convulsionaba para que te fueses. En realidad, mi tumor fue como el odio que te tenía, fue creciendo lentamente hasta volverse un incordio para mi celebro, y cuando ya por fin, aprendí a comprenderte, el odio se disolvió y mi tumor dejó de crecer, como una lenta bomba de relojería puesta al nacer, que desactive antes de explotar. Supongo que parte de los retos que me impuse antes de nacer, fue dejar de odiar, y tú eras mi prueba de fuego. El problema, es en lo que te has convertido tú, un monstruo. Atraes a la gente de la peor calaña, y autoflajelas a papa, que desea dolor por sus errores. Sé que esto no lo leerás viva, pero que llegarás a recibirlo. Hoy volví a oír la frase de “que se mueran los tontos que nunca supieron dar lo que tienen, por miedo a perderlo”, y esa misma frase podría ser la lección de muchas vidas perdidas. Papa y tú fuiste conquistado por el miedo, y yo tarde casi 30 años en entender que cuando más das, menos necesitas. Es imposible saborear algo enteramente, hasta que te privas de ello y ves a otro comérselo, no porque te lo quite, si no para vivir la experiencia a través de sus ojos y manos. Si consigo hacer sentir algo a alguien, empatizo y lo vivo con su cuerpo. Mama, te quiero, no sé porque sigues viva hoy, pero desde tu ignorancia actual a tu sabiduría venidera, te digo que no pasa nada, no supiste hacerlo mejor, ni yo, pero lo que cuenta es superarnos a nosotros mismos, sin compararnos con los demás; mañana seremos mejores, hoy aprendemos de nuestros errores. 

6/20/2015

Carta al banquero



Le escribo esta carta por 2 motivos, uno es mi problema para que me entienda, otro porque usted puede apelar al tiempo, al estado de ánimo, y otras excusas mentales, para hacer caso omiso de mis palabras. Claro que usted puede tirar esta carta o limpiarse el culo con ella, pero entonces, usted habrá desaprovechado la oportunidad de ser mejor persona, y un día acabaran diciéndole que se lo advirtieron.
Sin tener en cuenta la familia, amantes, hipotecas, y demás obligaciones autoimpuestas, usted es persona, y usted está trabajando para una empresa, que juega con el tiempo de la gente. El dinero es una cosa que te dan, por un dinero de alguien ganó gastando un tiempo de su vida haciendo o haciéndole hacer a alguien algo. Pues bien, personas como las que mandan en esta empresa, se encargaron de que todo el mundo que viviese en un país mínimamente organizado, necesitara meter su tiempo en un banco, porque si no tener un mínimo de calidad de vida, se hace muy cuesta arriba. En el paquete de clientes, se incluyen todo tipo de personas con variadas dificultades, jubilados, minusválidos, analfabetos, etc. Las empresas como la en la que trabaja, se encargan de limpiar su cara, colando mensajes falsos (publicidad), entre los únicos momentos de ocio de muchas personas, que llegan a casa agotados, por invertir su tiempo en horas de trabajo, para poder pagar facturas, no contentos con obligar a la gente, a meter su tiempo en sus cajas fuertes, les lavan el cerebro con la publicidad, y para más recochineo, les cobran comisiones, alegando un esfuerzo que en su mayoría de casos, suele hacer un ordenador, que hace millones de procesos, por segundo. Eso sí, su empresa alega que da intereses, que a menos que tengas inmensas cantidades de tiempo, no te sirve ni para pagar sus impuestas comisiones. Los bancos, suelen blindarse con miles de cláusulas legales, que te hacen firmar. Esos textos, están encriptados expresamente para que no te enteres de una mierda, y firmes por vergüenza o pereza. Para un banco, el tiempo es un mero decimal, una mera cifra imaginaria, ya que en realidad, no tienen el dinero total, de todas esas personas y borreguitos, son, vendedores de humo. Llegan a tener los santos cojones, de dar hipotecas asegurándose de que si no cobran, echaran a la Puta calle a una familia a la calle, ayudados por la policía, ya que es la ley, leyes que suelen ser escritas por políticos financiados por empresas como la suya. Ellos nos guisan, ellos nos comen.
Así que cada vez, que alguien como usted, me dice que no me cobraran comisiones, y lo hacen, sepa que su empresa se aprovecha de su imagen, para intentar hacerme un poquito más viejo e infeliz, y si yo compruebo que ustedes (ya le incluyo en la trama), me están cobrando comisiones, gasto parte de mi tiempo y de mí y de mi posible felicidad, por el mero hecho de comprobarlo.
Quizás usted este justificándolo todo, pensando que usted solo hace su trabajo, usted es un mero sicario, que roba tiempo con una sonrisa en la cara, un boli en una mano, y un caramelo en la boca, usted solo tira bistecs envenenados a perros que se los comen, usted solo trata de alimentar a su familia y demás obligaciones autoimpuestas, porque usted es más importante, que las otras almas, usted es el elegido por los dioses.

Ahora, no me responda, hagamos como si usted no hubiese leído esta carta, me importan un comino sus respuestas, si puede hacer que me devuelvan las comisiones, hágalo, si no puede o no quiere, ni se moleste. Limítese a cerrar mi cuenta, y si tiene ética, aún está a tiempo de hacer un mundo un poco mejor.



Nota: Esta carta no pudo ser entregada por motivos personales, pero tanto este texto como otros, pueden ser usados o reciclados para uso personal, o sin animo de lucro, respetando los derechos de autor.